El conflicto abierto entre Cataluña y el gobierno de España puso al tope de la agenda política internacional un problema que se encuentra presente en distintos puntos de planeta.

No sólo Cataluña pretende separarse y constituirse como un país aparte. El fenómeno se extiende por distintos puntos del planeta y no es nuevo. Se trata de naciones que pretenden contar con una unidad política y territorial propia. Pero para alcanzar ese objetivo, precisan la descomposición de Estados preexistentes. Es ahí donde se abre el conflicto, y es por eso que muchos de esos procesos observan detenidamente la experiencia catalana, que podría obrar como antecedente.

A continuación, un recuento de algunos de los procesos separatistas que pueden observarse en distintos puntos del globo -y como si fuera poco- ordenados alfabéticamente.

 

California. El triunfo en las elecciones presidenciales de Donald Trump puso en marcha a un grupo de ciudadanos estadounidenses que, bajo el nombre del Comité por el Sí a la Independencia de California, promueven que en tres años se realice una votación para decidir si continúan perteneciendo a los Estados Unidos o se convierten en un país soberano. Ese plebisicito tiene como argumento principal que California tiene una potencia económica individual del calibre de Francia y una población tan vasta como Polonia.

Los separatistas argumentan que los Estados Unidos representan valores que van en contra de las posturas progresistas de California, donde habita el mayor número de mexicanos migrantes.

Chechenia. Es una de las 21 repúblicas que integra la Federación Rusa. Su pequeño territorio, rico en petróleo crudo y nudo estratégico de la ruta petrolífera hacia Occidente, es estratégicamente relevante. Tras la disolucioón de la Unión Soviética, y pese al rechazo de Rusia, los chechenos proclamaron su independencia.

La reacción rusa no tardó en llegar, con una irrupción militar a gran escala que constituyó la primera de las dos guerras allí disputadas, que se cobraron más de 200 mil muertos. Vladimir Putin restableció el dominio ruso y ofreció amnistía para los rebeldes que abandonasen las armas. A pesar de proclamarse el fin de la guerra en 2002, los combates continuaron.

Los rusos han sido acusados de practicar torturas de forma sistemática, así como de violaciones, saqueos, contrabando y malversación. Los señores de la guerra chechenos, por su parte, han cometido graves crímenes contra los prisioneros y civiles rusos, rehenes y civiles. Tanto Amnistía Internacional como el Consejo de Europa han condenado reiteradamente estos hechos.

Córcega. Junto a Cataluña y Escocia, Córcega es la tercera región donde partidos favorables a la independencia lograron el poder administrativo después de que el partido “Por Córcega” ganara las elecciones regionales francesas. Esa agrupación reclama el reconocimiento oficial del idioma corso, la introducción de cambios constitucionales y la creación de un estatus especial para los corsos, así como la amnistía para los separatistas encarcelados.

Los autonomistas quieren impedir que los extranjeros compren bienes inmuebles en la isla, e insisten en la necesidad de no desarrollar únicamente el sector turístico, sino invertir más en otras áreas de la economía de Córcega. Las encuestas arrojan actualmente que dos terceras partes de los corsos respaldan la idea de un referéndum sobre la independencia. Mientras tanto, el 30 por ciento de los franceses no son contrarios a que Córcega se convierta en un Estado independiente.

Escocia. Este país pasó a formar parte del Reino Unido en el año 1603. En los siglos siguientes muchos escoceses soñaron con su propio gobierno y hubo varios intentos de crear ciertas instituciones autónomas. Sin embargo, no fue hasta 1998 cuando se crearon el Parlamento y el Gobierno escoceses.

La creación de esos organismos de autogobierno fue consecuencia del referéndum de 1997, en el que un 63,5 por ciento de los participantes votaron a favor con el inicio del proceso de devolución de poderes del Gobierno central a las autoridades locales.

En 2014 se celebró un plebiscito para optar por la soberanía, pero triunfó la postura de permanecer en el Reino Unido. No obstante, cuando el Reino Unido votó por salir de la Unión Europea, las autoridades escocesas anunciaron su intención de celebrar un nuevo referéndum. El Gobierno británico, liderado por la primera ministra Theresa May, rechazó la posibilidad de un nuevo plebiscito.

Flandes. Es la región en el norte Bélgica que desde hace tiempo quiere independizarse. El país está compuesto por la rica región de Flandes, de habla flamenca, y Valonia, francoparlante. Las raíces del separatismo flamenco se remontan a la formación de Bélgica como Estado, entidad considerada "artificial". Si los esfuerzos de los separatistas flamencos culminan con éxito, Bélgica podría desaparecer literalmente del mapa.
Isla de Pascua. Se encuentra en el océano Pacífico, donde miembros de la ancestral etnia rapa nui mantienen diferencias históricas con el gobierno de Chile en reclamo de mayor autonomía. Se identifican con lo que sucede en Cataluña y amenazan con seguir sus pasos si el Estado chileno no toma en serio los reclamos de los rapa nui. 

Kurdistán. Los kurdos constituyen una nación de aproximadamente 40 millones de personas, y aun así no tiene su propio Estado soberano. El territorio habitado por los kurdos está dividido entre Turquía, Siria, Irak e Irán. Los kurdos soportaron toda clase de penurias, entre ocupaciones y genocidios. En 2014 el pueblo se enfrentó a un nuevo reto con la aparición del Estado Islámico (ISIS). Las unidades kurdas han sido unas de las agrupaciones más activas que luchan contra los radicales.

A pesar de que el Kurdistán iraquí ya se parece más a un país soberano que a una región de Irak, porque goza de todos los atributos de un Estado, los kurdos no están contentos con la situación actual. Esta fue unas de las razones porque los kurdos celebraron el 25 de septiembre un referéndum de independencia. El plebiscito contó con la participación de casi el 73 por ciento.

Más del 92 por ciento de los votantes dijeron sí a la separación de esta región del resto de Irak. Los kurdos sirios también se hicieron con su propia región autónoma al haberse aprovechado del caos de la guerra civil siria. La parte más grande y más poblada del Kurdistán es la turca. Las hostilidades entre los kurdos y los turcos duran casi un siglo. Según varias fuentes, a partir de este año el conflicto en el Kurdistán turco se cobró las vidas de cerca de 50 mil personas. En cuanto al movimiento independentista en el Kurdistán iraní, la situación no es simple. Teherán hace todo lo posible para prevenir la separación de sus territorios poblados por minorías nacionales.

Mapuches. El conflicto mapuche se remonta a siglo XIX, cuando la región de la Araucanía fue incorporada por el Estado chileno. Le precedieron cientos de años de lucha armada de los mapuches contra los conquistadores españoles, que no habían conseguido conquistar sus tierras.

Todo cambió cuando Argentina llevó a cabo la denominada “Conquista del Desierto” (1878-1879) que se caracterizó por el apresamiento masivo de los pueblos originarios de esta zona, entre ellos los mapuches. Como consecuencia, Argentina extendió su límite hacia el sur apoderándose de las tierras araucanas. En 1883 Chile hizo lo mismo, venció a los mapuches y estableció su control sobre el territorio.

En la década de 1990 el movimiento mapuche apareció de nuevo. Los activistas reclamaron sus tierras ancestrales y empezaron a luchar contra las empresas que actualmente ejercen su control sobre ellas. Si bien, existen grupos que pretenden hacerse con la autonomía dentro del Estado chileno y restablecer sus derechos sin proclamar la soberanía, hay otros que luchan exclusivamente por la creación de un Estado mapuche independiente. Entre los más destacados movimientos independentistas araucanos está el Consejo de Todas las Tierras, que existe desde 1990, y que tiene como meta crear un Estado Mapuche con territorios de Chile y Argentina.

País Vasco. El movimiento independentista vasco es mundialmente conocido. Actualmente los vascos cuentan con una autonomía bastante amplia en España y con muchos rasgos de país soberano. La región siempre tuvo aspiraciones de obtener la soberanía completa y varios grupos tomaron la vía armada para alcanzarla durante los siglos XX y XXI, entre los cuales se destacó Euskadi Ta Askatasuna (ETA), agrupación terrorista que perpetró atentados en diferentes regiones de España. En 2011 ETA cesó su actividad armada y a día de hoy permanece inactiva. En España subyace la preocupación porque el separatismo catalán avive la llama en el País Vasco.

Quebeq. Esta provincia de Canadá se distingue del resto del país por su población francoparlante. En la época de la colonización europea de América del Norte, esta zona formaba parte del virreinato del imperio colonial francés. Pero después de la firma del Tratado de París de 1763, que puso fin a la Guerra de los siete años, el Reino Unido tomó posesión de estas tierras. En 1960 en Quebec sucedió la llamada Revolución Tranquila y se considera que en aquella época apareció el nacionalismo quebequés moderno. Al mismo tiempo, surgió un grupo armado socialista y nacionalista, llamado Frente de Liberación de Quebec, conocido por los secuestros y asesinatos de varios políticos. Las actividades violentas de este grupo culminaron con la Crisis de Octubre en octubre-diciembre de 1970 y al final resultaron en el arresto del líder del FLQ así como en la disolución del grupo. En la actualidad, la mayor fuerza proindependentista en Quebec es el Partido quebequés, que aboga por la soberanía nacional de esta región. Sin embargo, el número de personas favorables a la independencia de Quebec se ha reducido significativamente.

Sur de Brasil. El movimiento “El sur es mi país” pretende la secesión de los tres estados sureños: Río Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná. Realizaron una consulta informal separatista recientemente que recibió unos 350 mil votos por el "Sí", menos que los casi 600 mil que recogió otra igual un año antes y por debajo del 2 por ciento del total de votantes registrados en la región. Esto se produce en un marco en el cual Brasil atraviesa su peor crisis económica en décadas y el mayor escándalo de corrupción política de su historia. 

Tibet. La región autónoma del Tibet se encuentra bajo administración de China desde el año 1951. El antiguo gobierno tibetano fue expulsado en 1959 mediante el uso de la fuerza. Desde ese año, el gobierno del Tibet, encabezado por el XIV Dalai Lama, mantiene un ejecutivo en el exilio en Dharamsala, al norte de la India. En marzo de 2008, el Tíbet registró sus peores protestas contra el gobierno chino en dos décadas, iniciadas por monjes tibetanos y secundadas por la población civil.  La represión de las protestas le valió al gobierno chino un alud de críticas por parte de gobiernos y entidades occidentales ante la cita olímpica de ese año. A consecuencia de estas tensiones, el Tíbet permaneció largos periodos de tiempo cerrado a turistas extranjeros, se limitó el acceso a la prensa internacional y se repitieron incidentes aislados de enfrentamientos entre tibetanos y fuerzas de seguridad.

Véneto. El territorio histórico de la república independiente de Venecia, correspondiente en parte a la actual región italiana de Véneto, y una de las grandes potencias mediterráneas hasta la invasión napoleónica de 1797, fue incorporado al Reino de Italia en 1866, tras pasar por las manos primero de Francia y después de Austria. En un polémico referéndum no oficial celebrado en marzo, el 89 por ciento de los votantes en esta región se declaró a favor de independizarse de Italia. Por su parte, el partido ultraderechista y xenófobo, la Liga Norte, usa el nombre de "Padania" para referirse no solo al valle del río Po, sino a casi todo el norte de Italia (más desarrollado económicamente que el sur), incluyendo Toscana, Umbría y Marcas, una zona para la que este grupo reclamó la secesión entre los años 1995 y 2001.

 

Desde 1980 hubo 38 referéndums de independencia alrededor del mundo, en 35 de ellos triunfó el sí, pero solo 13 resultaron efectivamente en el nacimiento de un nuevo Estado. Sin cuestionar el legítimo derecho de las naciones a reivindicar su identidad, cabe preguntarse acerca de la conveniencia o no de actuar por separado, teniendo en cuenta que la atomización en un mundo globalizado, posiblemente conduzca al fracaso.