El ex barrabrava de Newell’s, Emiliano “Jija” Avejera, vinculado a Los Monos, fue condenado a 11 años y medio de prisión en un juicio abreviado por haber asesinado a un joven inocente cuando viajaba en moto con su hijo y su mujer, que también resultó herida, en el marco de un intento de venganza contra la banda de Los Funes.

El detenido, en paralelo transita junto a otros dos imputados un juicio que comenzó el lunes por el homicidio de Jonathan “Bam bam” Funes, asesinado cuando salía de visitar a sus hermanos presos en la cárcel de Piñero, en febrero de 2018.

En este final de juicio, este miércoles por la tarde el juez Héctor Núñez Cartelle condenó a Avejera como instigador del homicidio de Lisandro Javier Fleitas, asesinado por error en el ataque que tenía como objetivo a Lautaro “Lamparita” Funes, el 10 de octubre de 2016.

En la última audiencia, Avejera reconoció su culpabilidad, y luego fue condenado por homicidio calificado por el uso de arma de fuego en calidad de instigador luego de que su abogado defensor, José Nanni, y el fiscal Luis Schiappa Pietra acordaran la realización del procedimiento abreviado.

Baleado con su familia por una moto similar

Aquel 10 de octubre, luego de ver el partido Argentina – Brasil, Lisandro Fleitas volvía a su casa en una moto Honda CBX roja junto a su pareja y su hijo de seis años, cuando en Callao y Mr. Ross fue interceptado por un auto de vidrios polarizados.

Fue entonces que quien iba como acompañante disparó, causando su muerte en el momento, e hiriendo a su pareja.

Las escuchas telefónicas durante la investigación judicial permitieron dar cuenta que los atacantes se equivocaron de víctima debido a que Lamparita Funes tenía una moto de similares características.

El ataque había sido encargado a Avejera por Ariel “Tubi” Segovia, quien consideraba que terminó preso por “culpa” de Lamparita, quien lo dejó herido de bala el 7 de octubre de 2016, y debió ser internado en el Heca, donde resultó finalmente detenido.

Jija fue encargado de vengar a Segovia, pero un error hizo que la víctima fuera una persona totalmente ajena a la disputa que había entre las bandas narco.

Tubi Segovia tenía pedido de captura desde finales de 2014 por incumplimiento de salidas transitorias y por estar vinculado al homicidio de Jonathan Rosales. Resultó asesinado en su celda por varias personas encapuchadas, en un ajuste de cuentas que no fue resuelto por la Justicia.