Comenzó este miércoles el juicio oral y público contra dos policías y dos exempleados de seguridad del boliche Ming River House por la muerte de Carlos “Bocacha” Orellano. Previamente, los abogados de ambas partes hicieron declaraciones a la prensa en el Centro de Justicia Penal. Los detenidos están acusados de haberlo arrinconado a golpes hasta la baranda del río y así provocar su caída. El proceso durará dos meses y participarán unos 200 testigos.

“No existían los elementos para mantenerlos detenidos. Se los detuvo después de un año y no estaban las condiciones dadas. Luego de que ocurrió el hecho, se cerró el boliche y estuvieron un año sin trabajo, tiempo pasaron manejando un remise. Nunca se movieron de su hogar. No hay peligrosidad procesal, que es lo que exige la ley. No hay capacidad de fuga ni entorpecimiento probatorio, no tienen ni pasaporte.”, señaló en Si989 Jorge Bedouret, abogado de los patovicas.

Y continuó: “La noche del hecho cumplieron una función de vigilancia dentro del boliche, no tienen jurisdicción afuera. Eso es un tema de prefectura. Ellos intervinieron para sacarlo del boliche. Eso va a ser demostrado por los testigos, no hay ninguno que diga que vio que lo golpearon. La única que vio la caída fue la mujer policía”.

Por último, el abogado sostuvo que “Orellano había tenido un día muy difícil que deriva en ese amanecer. Venia muy cansado, había bebido mucho, había tenido muchas situaciones dramáticas. Pobrecito, la pasó mal. Yo no se si él se arrojó o lo empujaron, no lo puedo decir”.

Por su parte, el abogado querellante Salvador Vera, explicó que el juicio girará en torno a la declaración de los testigos presenciales: ”Son quienes han visto y dan cuenta de la secuencia de los últimos momentos de vida de Carlos, cuando es agredido por estos agentes, lo que desemboca en su caída y muerte por asfixia en el rio. Esperamos lograr acreditar esto y que el tribunal condene por la figura de homicidio".

Sobre la postura de la defensa, detalló: "La evidencia da cuenta de la agresión en distintas partes del cuerpo de Orellano previo a su caída. Esto está acreditado y además los propios agentes de seguridad se pusieron en la escena del hecho, en el último momento de vida de Carlos. No fue un accidente, lo tiraron producto de la agresión violenta que sufrió. 

“Durante la tarde previa estuvo con amigos en el Caribe Canalla, a la noche salió, tomó algo, bailó, recorrió el boliche, habló con muchas personas, y luego se inicia la secuncia de expulsión forzada y violenta y la agresión final en la zona de muelles. Los forenses tanto del Instituto Médico Legal como de la Corte Suprema de la Nación van a acreditar los golpes”, aseguró Vera.