A poco más de tres años de la muerte de Carlos “Bocacha” Orellano, este miércoles comenzó el juicio oral y público contra dos policías y dos exempleados de seguridad del boliche Ming River House, ubicado en La Fluvial. Los cuatro están acusados de haberlo arrinconado a golpes hasta la baranda del río y así provocar su caída. El proceso durará alrededor de dos meses y se espera que participen más de 200 testigos. Sus familiares y amigos no bajan los brazos en la búsqueda de “justicia” y “verdad”. 

El joven de 23 años que vivía en Empalme Graneros y era hincha fanático de Rosario Central desapareció en la madrugada del 24 de marzo de 2020 tras salir a bailar, junto a sus amigos, al boliche ubicado sobre la costanera central. Su cuerpo apareció flotando en el río a pocos metros de la barranca del local nocturno, la tarde del 26 de febrero, dos días después.

Según arrojó la investigación, "Bocacha" fue retirado del VIP del boliche por dos personas de seguridad privada identificadas como Fabián Maidana y Emiliano López. También intervino una pareja de policías, Carina Gómez y Gabriel Nicolossi, que esa noche se encontraban realizando adicionales en el lugar.

Para el fiscal Patricio Saldutti, una vez afuera del local, el joven fue golpeado por los dos patovicas y el policía varón y "tras rodear a la víctima contra la baranda del río Paraná, aprovechándose de la superioridad física y numérica, determinaron con su accionar que Orellano salte las barandas de protección del muelle y caiga a las aguas del río, circunstancias que le provocaron la muerte".

De acuerdo con la autopsia realizada al cuerpo del joven, existen elementos para creer que Orellano cayó al río con vida, aunque eso será materia de debate en el juicio oral.

En una audiencia preliminar que tuvo lugar en julio de 2022, el fiscal pidió la pena de 19 años de prisión para los dos policías implicados en el caso y de 17 para el personal de seguridad -todos imputados con prisión preventiva desde diciembre de 2020-. A los dos primeros se los acusa de homicidio simple con dolo eventual, incumplimiento de los deberes de funcionario público y falsedad ideológica. Por su parte, la querella pedirá que sean condenados a 23 y 20 años, respectivamente.

Es que según el fiscal, tras la caída de Bocacha al río, y a pesar de su condición de policías, los acusados recién dieron aviso al 911 media hora después del hecho y se retiraron del lugar sin colaborar con el personal de Prefectura que realizó la búsqueda del cuerpo. Además, Saldutti aseguró que agregaron declaraciones falsas en el acta de procedimiento, al no dar cuenta que habían interactuado con la víctima.

Asimismo, a los patovicas se los acusó sólo por el delito de homicidio simple con dolo eventual.

“La investigación empezó mal, fue difícil desde el principio. No se preservaron pruebas y hubo un mal manejo de la escena del crimen, se permitió que se borraran cámaras y que se limpiara el lugar un millón de veces. A la noche siguiente el boliche abrió de nuevo. El fiscal tardó 14 días en cercar el lugar y durante ese tiempo entró y salió gente sin restricción. Sacaron muebles e hicieron desaparecer cosas”, señaló a RosarioPlus Juan Pablo Alancay, primo de Bocacha.

Y agregó: “Sentimos que en algunas cuestiones lamentablemente llegamos tarde porque los imputados y dueños del boliche tuvieron el tiempo suficiente para acomodar las cosas según su conveniencia. Después de tres años, nos encontramos con que la mayoría de las pruebas que tenemos son testimoniales porque las otras fueron arruinadas”. Sin embargo, sostuvo: “Tenemos elementos suficientes para que se cumplan las condenas más altas que se están pidiendo”. 

“Nuestra lucha es por justicia y por la búsqueda de la verdad. Estamos convencidos de que a Carlos lo mataron y no hay ninguna discusión sobre eso. Él entró a bailar al boliche, no salió nunca más y lo encontramos muerto a los dos días. Los cuatro acusados son los autores del asesinato. Como familia, nunca va a ser suficiente la condena porque la realidad es que Carlos no está más”, sumó Juan Pablo.

Bajo la consigna “Por Bocacha, todos juntos hasta el final”, la Asociación Civil Carlos Bocacha Orellano, la Multisectorial contra la Violencia Institucional y otras organizaciones se convocaron a las puertas del Centro de Justicia Penal (Sarmiento y Virasoro). “Agradecemos a los rosarinos y pedimos que continúan acompañando en este último tramo que para la familia es muy difícil porque los padres de Carlos se tienen que enfrentar cara a cara con los asesinos de su hijo”, cerró el joven.

"Esperemos que se haga justicia. Ellos -los dueños del local bailable- están saliendo impunes.
Les quiero preguntar -a los acusados- por qué mataron a mi hijo y quién los mando, porque alguien les dio la orden. Gracias a dios tenemos mucho respaldo de la gente", señaló en el móvil de Si989 Edgardo, papá de Bocacha.