El río Paraná continúa con su tendencia bajante y alturas por debajo del nivel del mar y de los límites de aguas bajas en varias ciudades de Entre Ríos.

El Instituto Nacional del Agua (INA) espera que el 6 de julio el Paraná tenga una altura próxima a los -27 centímetros en la capital entrerriana y que pueda llegar a los 40 centímetros por debajo del cero (altura sobre nivel del mar).

El organismo señaló que "no se espera una mejora sensible en los próximos meses" y que julio "será especialmente crítico, con afectación a todos los usos del recurso hídrico, especialmente la captación de agua fluvial para consumo urbano".

La misma situación se presenta en el delta del Paraná, donde el caudal registra "fuertes descensos que acentúan la condición de aguas bajas", y la tendencia climática hasta el 31 de agosto "no permite esperar una mejora en las lluvias regionales", agregaron.

El Paraná no se toca, organización ecologista, ya había advertido que esta era una posibilidad. Si bien coinciden en el diagnóstico que las causas fueron las faltantes de lluvias en el sur de Brasil, Cantador destacan que esta sequía es producto de la deforestación que hubo hace tres años en el Amazonas. 

Por otra parte, Aguas Santafesinas apeló al uso responsable del agua potable, en momentos en que el caudal mínimo del río pone en aprietos la extracción del recurso. Si bien aclararon que el servicio no está resentido y que las tomas funcionan correctamente, insistieron en varias recomendaciones para cuidar y ahorrar el recurso.