El río Paraná se encamina a descender hasta niveles históricos, con la peor bajante desde que se comenzó a medirlo, en 1884. Ya lo saben los navegantes que ven por estas horas sus embarcaciones encallar sobre el lecho de los amarraderos barrosos, donde el agua ya se retiró.

El reporte de Prefectura Naval de este lunes marcó una altura del río de solo 25 centímetros frente a Rosario, y con tendencia estacionaria.

Según Juan Carlos Bertoni, presidente del Instituto Nacional del Agua, el problema no son las represas ni ninguna intervención humana directa sobre el río sino la ausencia de lluvias en Brasil y en la parte alta de la cuenca paranaense.

De esta manera, el bienio 2020 2021 ya es el período más crítico de la historia, porque acumula la bajante del año pasado, también de antología. "Y la previsión es que continúe bajando porque lo que estamos observando desde la cuenca alta, junto con Brasil, es la escasez absoluta de lluvia, por debajo de lo normal y ya desde el año pasado”, dijo el observador del INA.

La consecuencia más evidente de esta retracción del curso fluvial son los demoronamientos de barrancas en las riberas, tal como se vio la semana pasada con un video que se viralizó y en el que se veía el desprendimiento de una lonja de costa en las islas, frente a Granadero Baigorria.