Desde hace unos días se observa con preocupación al río Paraná cuya bajante llega a niveles críticos producto de la ausencia de lluvias en la parte alta de la cuenca paranaense y Brasil. Lo que no se analiza son las consecuencias que tendrá, a pocos días de una posible llegada al nivel cero o menos de cero.

La consecuencia más evidente de esta retracción del curso fluvial son los desmoronamientos de barrancas en las riberas, tal como se vio la semana pasada con un video que se viralizó y en el que se veía el desprendimiento de una lonja de costa en las islas, frente a Granadero Baigorria.

Pero desde El Paraná no se toca, organización ecologista siempre atenta a la realidad hídrica, consignaron lo no visible producto de la crisis hídrica: mueren miles de peces, los isleños quedan desconectados, y podría tener consecuencias en el caudal de consumo para la urbanidad.

Pablo Cantador, referente del El Paraná no se toca, dijo en Sí 98.9: “Estamos más que preocupados, viendo que esto va a empeorar. Si miran los puertos más al norte en el Delta, todos están en baja, y Prefectura ayer tomó una altura en Rosario de 0,18 mts. Las gráficas están mostrando que vamos a llegar al cero o debajo del cero en los próximos días, y puede llegar a haber problema de abastecimiento”.

Entonces explicó: “Si saliera de la toma original que había hasta el año pasado, estaríamos en problemas. Desde Aguas Argentinas con la primera bajante grande, se pusieron pontones con bombas de agua para tener mejor toma del agua del río”.

Si bien coincidió en el diagnóstico que las causas fueron las faltantes de lluvias en el sur de Brasil, Cantador destacó que esta sequía es producto de la deforestación que hubo hace tres años en el Amazonas. “Todo tiene un impacto, el cambio climático, nuestra contaminación, las compuertas de Brasil y la falta de lluvias”, resaltó.

La bajante tiene consecuencias, y el ecologista precisó: “Los peces están siendo diezmados, todos los que había en lagunas y arroyos se centraron en el canal. Están todos amontonados en la zona central del río. El año pasado vimos cuando comenzó la bajante que cientos de miles de peces se terminaron pescando o se los llevó la bajante muertos. Entendemos que con la crisis económica aumentó la pesca, ya que no es toda pesca comercial regulada, muchos van a comercializar clandestinamente en toda la costa de Rosario”.

A esto agregó que “hay comunidades de la isla que están aisladas en este momento, porque se ingresaba por los canales, y no pueden pasar. A la altura de San Lorenzo y Puerto San Martín. Dejan las embarcaciones en el camino a sus viviendas y escuelas para llegar”.

Responsabilizó entonces a los gobiernos locales: “El Estado es parte de esto que sucede, el año pasado le pedimos que frene la exportación de los peces de río y no cambió nada. Los frigoríficos tanto de Santa Fe como de Entre Ríos sigues exportando los peces en plena crisis hídrica”.

Consultado sobre estas consecuencias, Cantador destacó que “los científicos hace años vienen advirtiendo que hay que cambiar los hábitos de consumo. Estamos viendo lo que advertían y no escuchaban del cambio climático. En grandes ciudades como Rosario los afluentes cloacales no se tratan, van directo al río, por lo que nosotros lo contaminamos constantemente”.

Sobre la crisis hídrica, finalmente recordó que la semana pasada pudo observar sobrevolando la isla: “Es impresionante que lo que antes se veía verde hoy está seco, y pensamos que cuando termine la helada, que seque más la materia vegetal, vuelvan a observarse los incendios y el rio no subirá”.

No se olviden de las quemas

Hoy el Humedal en la isla, según el referente de El Paraná no se toca, es una tierra no controlada desde el Estado. “Por ejemplo en la jurisdicción de Victoria no tiene embarcación ni vehículo alguno para ir a controlar si se enteran de alguna quema”.

Fue consultado por la aclamada Ley de Humedales tras la serie de incendios de pastizales que se sucedieron durante todo este último tiempo, y aseguró: “Seguimos reclamando la Ley de Humedales, se hace difícil cuando nos cierran las puertas nuestros propios representantes. La ley está en un cajón en diputados y no se habló más del tema. Esperemos que esto suceda sin que pase lo mismo con las quemas que hubo el año pasado.