Rosario tuvo un adelanto de lo que será esta tarde en Buenos Aires la primera expresión de protesta de todas las centrales obreras, unidas contra el gobierno de Mauricio Macri. Mientras cientos de militantes gremiales viajaron por la mañana hacia la cita en Capital, en la ciudad se organizaron piquetes a cargo de organizaciones sociales, y cerca del mediodía hubo un acto en la esquina de Sarmiento y Rioja con el mismo motivo: expresar el malestar popular frente a la política económica que ha causado en estos meses, afirman, más de 100 mil despidos, y una inflación que está consumiendo el poder adquisitivo del salario de manera drástica.

Frente a la sede local de la Anses se convocaron diversos gremios y partidos políticos de izquierda, enrolados en la Multisectorial Rosario, para dar forma a un acto en vísperas del Día Internacional del Trabajador, y en repudio a la política económica del gobierno. Gustavo Terés, de la CTA Autónoma de Rosario, exhortó al movimiento obrero a “protagonizar la lucha y sostener las banderas por paritarias libres, contra los despidos, doble indemnización, 82 por ciento móvil, contra los tarifazos y el impuesto al salario, y por el aumento de las asignaciones familiares”.

Terés dijo que el Día del Trabajador es “una jornada de lucha, no de fiesta y tampoco patrimonio de los partidos políticos”. De esa manera, instó a que esta movida de las cinco centrales sindicales se realice con la perspectiva de construir “un gran paro nacional para frenar el ajuste y las medidas de este gobierno que no tomó una sola medida a favor de los trabajadores y muchas para los grupos concentrados”. Pese a que el ministro de Economía Alfonso Prat Gay afirme que los despidos son “una sensación térmica” y el de Trabajo, Jorge Triaca, considere que estamos mejor en materia de empleo, “la realidad es que en tres meses se destrozaron 72 mil puestos de trabajo”, según indicó el Observatorio del Derecho Social de la CTA-A.