El Observatorio Social del Transporte midió durante 24 horas seguidas el funcionamiento de las líneas de colectivos en distintos puntos de Rosario. Y concluyó en que casi la mitad del sistema se deterioró respecto de hace dos años, y que la misma proporción queda inactiva durante la noche y no brinda servicio. Además, los rosarinos parecen prescindir del Transporte Urbano de Pasajeros (TUP): el año pasado hubo 25 millones de viajes menos que en 2019, en un sistema que sacó líneas que había hasta la pandemia y hoy recorre 8 millones menos de kilómetros por año.

“El 45% de las líneas empeoraron sus frecuencias en comparación con el 2019, y el 46% deja de prestar servicios entre 3 y 10 horas durante la noche”, marcó Mariano Romero, referente barrial y primer candidato a concejal de la lista del peronismo local.

“El 45% de las líneas relevadas presentan peores frecuencias respecto de la última medición previa a la pandemia, el 20% continúa con las mismas frecuencias y solo el 35% las mejoró”, señaló Romero, y agregó que “sumado a ello aún hay cinco líneas que continúan con sus servicios suspendidos, además de las que operan fusionadas con otras, con servicios más limitados en los barrios y el macrocentro”. “Otro dato llamativo es que el 46% de las líneas interrumpen sus servicios entre 3 y 10 horas en horario nocturno, lo que denota una categórica falta de sensibilidad hacia los rosarinos, dejando a importantes zonas de la ciudad carentes de todo servicio durante lapsos prolongados, siendo que mantener uno o dos coches en circulación en esas líneas tendría una incidencia marginal por kilometraje adicional”, acotó el candidato a concejal más votado del peronismo.

La medición se realizó entre las 16 del martes 15 y misma hora del miércoles 16 de agosto, con una toma de frecuencias en las intersecciones de las calles Santa Fe y Laprida, y de Corrientes y San Juan, relevando un total de 39 líneas del Transporte Urbano de Pasajeros, que equivalen al 74% del total de las líneas del sistema.

Mariano Romero.
Mariano Romero.

Asimismo, con respecto a los servicios publicados en la grilla oficial de la Municipalidad de Rosario, el joven abogado y militante social resaltó que “el 25% de las líneas incumplió al menos el 10% de los servicios diurnos, y el 30% de las líneas incumplió al menos el 10% de los nocturnos”, y que hay dos líneas –la 107 negra y la 107 roja- que operan aún con casi la totalidad de su flota con pisos altos, “lo que viola abiertamente lo establecido en el pliego, y representa un verdadero obstáculo para las personas con movilidad reducida”.

Menos pasajeros, más aporte externo

Romero señaló que el último estudio de costos enviado por el Ente de la Movilidad al Concejo Municipal data de febrero de este año, y que de la información allí disponible se desprende que “en 2022 el transporte rosarino canceló 64 millones de viajes y recorrió 39 millones de kilómetros recorridos, muy lejos aún de los 96 millones de viajes cancelados y los 47 millones de kilómetros realizados en el año 2019”. “Esto se explica porque la Municipalidad de Rosario sigue dejando que Rosario Bus haga lo que quiera, a lo que suma la caída de la calidad de la prestación en las líneas de la empresa Movi, producto de una clara decisión de desinvertir: en 2019, como consecuencia de la retirada de los aportes nacionales al transporte, la Municipalidad se hacía cargo de casi el 40% de los subsidios, hoy se hace cargo solo del 27%, del resto se encargan Nación y Provincia”.