Una actividad que está en auge pero de la que no sabemos tanto, más allá de que hoy es uno de los trabajos mejores pagos, debemos saber para qué sirve y cuando se utiliza. En esta nota tratamos de dar algunas nociones básicas sobre el mundo del desarrollo informático. 

La programación nos rodea. Cuando pedimos comida por el celu, jugamos al Candy Crush o cuando cargamos un formulario en AFIP, estamos realizando esas tareas gracias a que un grupo de programadores creó un programa que nos permite realizar esas acciones. Básicamente hoy vivimos en un mundo digital que necesita de cientos de miles de programas para el día a día. Es por eso que los programadores son tan requeridos en el mercado laboral.

La programación es el instrumento que permite la ejecución de las tareas automatizadas de un sistema informático.  Es el proceso al que se recurre para crear algún tipo de aplicación o software, para materializar un concepto o proyecto que requiere de la utilización de un lenguaje informático para poder llevarse a cabo.

Programar y codificar

Mientras que programar es el proceso mental de pensar, paso a paso, qué instrucciones debemos proporcionar para obtener una solución. 

Codificar es el proceso de traducir esas ideas a un lenguaje que la computadora (por ejemplo) pueda entender. Al dar esas indicaciones a una máquina, realmente nos estamos comunicando con ella. Pero al estar construidas de forma especial, necesitamos traducir las instrucciones a un lenguaje que la computadora pueda comprender. Además, las computadoras interpretan las instrucciones literalmente, no hacen interpretaciones ni tratan de adivinar lo que nosotros pretendíamos decir, de forma que tenemos que ser muy específicos a la hora de darlas.

Objetivos de la programación.

La programación debe perseguir la obtención de programas de calidad. Para ello se establecen una serie de factores que determinan la calidad de un programa. Estos son algunos de los factores de calidad más importantes:

Corrección: Un programa es correcto si hace lo que debe hacer tal y como se estableció en las fases previas a su desarrollo. 

Claridad: Es muy importante que el programa sea lo más claro y legible posible, para facilitar tanto su desarrollo como su posterior mantenimiento. Al elaborar un programa se debe intentar que su estructura sea sencilla y coherente, así como cuidar el estilo de programación. 

Eficiencia: Se trata de que el programa, además de realizar aquello para lo que fue creado (es decir, que sea correcto), lo haga gestionando de la mejor forma posible los recursos que utiliza. Normalmente, al hablar de eficiencia de un programa, se suele hacer referencia al tiempo que tarda en realizar la tarea para la que ha sido creado y a la cantidad de memoria que necesita.

Portabilidad: Un programa es portable cuando tiene la capacidad de poder ejecutarse en una plataforma, ya sea hardware o software, diferente a aquella en la que se desarrolló. La portabilidad es una característica muy deseable para un programa, ya que permite que este  pueda llegar a más usuarios.