El teatro, la música, la danza, dialogan en una obra donde el humor es el código que alivia la crudeza de su contenido. Tal la propuesta de esta pieza dirigida por Sandra Yuyo, e interpretada por Damián Sanabria y Cristian Bordi, que sube a escena en sala Micelio (Valparaíso 520) todos los viernes de agosto, desde las 21.

 Las fieras, el hambre del alma relata las circunstancias de dos hermanas que fueron abandonadas cuando niñas en un teatro cerrado. Desde entonces, habitan allí en condiciones deplorables.

Luego, el teatro reabrió y ellas ahora trabajan en los camarines y fantasean con ser artistas mientras se prueban el vestuario. Hay allí unas brillantes prendas rojas con pedido expreso de no tocar. El dúo desobedece y al momento de usarlos comienzan a bailar desaforadamente hasta llegar a límites extremos.

Las referencias estéticas y formales de la dramaturgia, provienen de los cuentos trágicos. La estética escénica está atravesada por el rock como género musical popular, a cargo del grupo Lavanda Sonora Ska.

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