Central dio el golpe y se quedó con el clásico rosarino ante Newell's por 1 a 0. Golazo de Alejo Véliz para un canalla que respira en la tabla y se adueña de la ciudad en un momento crítico. El Gigante de Arroyito fue una fiesta.

Durante el comienzo, con un Gigante explotado de gente, la Lepra comenzó mejor y minuto a minuto se fue afianzando en la cancha.

Pablo Pérez, que tuvo la primera clara del partido, manejó los hilos del encuentro y de un rojinegro que rompía por los costados y lastimaba mucho al Canalla.

En una gran jugada individual de Sordo, que dejó en el camino a Báez, la pelota llegó al área, Servio despejó, y en el rebote, el ocho de Newell's definió de cara al arco, pero increíblemente estrelló la pelota en el palo, para el lamento de Sanguinetti y de todo el pueblo leproso.

Después de esa, el equipo de Tévez buscó reaccionar, sintió el golpe, y comenzó a asentarse en el campo de juego. Con la salida de Buonanotte, el equipo había perdido su carta sorpresa, pero la presión alta y la lucha de Véliz en ataque comenzó a darles frutos a los de Carlitos.

Gino Infantino, que ingresó por el juvenil lesionado, tuvo la primera del Canalla, cuando recibió en el área solo, y justo cuando estaba por definir, Pablo Pérez le llegó a incomodar el remate.

Sobre el final, cuando la primera parte se cerraba en un justo empate, llegó un tiro libre para los de Arroyito. Candia lanzó al área y Alejo Véliz le ganó por arriba a Lema para peinar y poner el 1 a 0, generando una explosión a modo de desahogo en el Gigante.

En el arranque de la segunda mitad, Central pudo estirar el resultado y comenzar a definir el partido, pero esta vez Herrera le ganó el mano a mano a Véliz y le calló el grito sagrado, manteniendo vivo a su equipo.

El Canalla, con Tévez al mando, demostró saber jugar estos partidos, se sintió cómodo yendo arriba en el marcador, y anuló a un Newell's al que le costó mucho reaccionar.

Sanguinetti hizo muchos cambios para torcer el rumbo del partido, pero a pesar de contar con muchísima gente en el área, la defensa canalla supo aguantar y rechazar durante toda la segunda mitad.

En la última, cuando todo se terminaba, Nazareno Funez, que le había dado la victoria a la Lepra en reserva, casi marca el empate, pero no estuvo acertado en la más clara del partido para el rojinegro, después de la de Pablo Pérez en el comienzo.

Muchos chicos de Central demostraron estar a la altura del clásico y se ganaron su lugar tanto en el equipo como en el corazón del hincha. Lautaro Blanco y Alejo Véliz dejaron la piel y fueron las figuras del encuentro, mientras que Gino Infantino quizás no estuvo del todo lúcido, pero fue un defensor más sobre el final y los corrió a todos.