El torneo de Wimbledon es considerado como la insignia del deporte blanco, porque conserva su tradición a rajatabla con el correr de la historia. Este año se disputará del 27 de junio al 10 de julio y por estos días sus organizadores se encuentran en el ojo de la tormenta, tras la decisión no admitir a ningún jugador rusos ni bielorrusos, como sanción “ejemplificadora” tras la invasión de Rusia a Ucrania, conflicto bélico que se inició el 24 de febrero.

Desde el All England se emitió un comunicado oficial que prohíbe el ingreso a los cuadros principales a los tenistas de esas nacionalidades, decisión que perjudica entre otros al ruso Daniil Medvedev, número 2 del mundo. La medida en cuestión causó el rechazo de las principales organizaciones del tenis internacional, tanto la ATP y como la WTA se manifestaron en contra la decisión, porque si bien ambas entidades tomaron postura ante la guerra, se les permitió seguir participando a los jugadores en cuestión bajo la denominación “sin Bandera”.

“Condenamos firmemente la invasión rusa a Ucrania y mostramos nuestra solidaridad con los millones de ciudadanos inocentes afectados por la guerra en curso”, indica el comunicado de la APT y añade: “Creemos que la decisión tomada de forma unilateral por Wimbledon de excluir a jugadores de Rusia y Bielorrusia de la gira británica de hierba es injusta y puede sentar un peligroso precedente en el deporte. La discriminación basada en la nacionalidad también constituye una violación de nuestro acuerdo con Wimbledon, que determina que el ingreso de jugadores esté basado simplemente en el Ranking ATP”.

Es probable que esta medida de exclusión se aplique a todos los torneos británicos sobre hierba de 2022, como Queen’s o Eastbourne. Por todos estos motivos, el ente que regula en tenis femenino mundial, también dio a conocer un comunicado de similares características que emitió la ATP, pero fue por más: el organismo estudia la posibilidad de imponer sanciones a Wimbledon tras su decisión de prohibir a rusas y bielorrusas jugar los torneos en suelo británico los próximos meses de junio y julio.

Por su parte el actual número uno del mundo, Novak Djokovic, expresó su rechazo a la decisión: “Desde siempre condené la guerra, siendo yo mismo un niño que atravesó una guerra, pero no puedo apoyar la decisión del torneo de Wimbledon, porque considero que es una locura. Los deportistas no tienen nada que ver con lo que pasa. Nunca es bueno cuando la política se mete en el deporte”.