Central dio ayer en Salta el primer paso firme de esta nueva etapa. Y aunque lo consiguió ante un rival dos categorías inferior, como Deportivo Morón, lo hizo con autoridad y sin dejar dudas. ¿Y el funcionamiento? Todavía no es el ideal. Pero el triunfo ante el Gallito permite ir dejando atrás, de a poco, el mal arranque en el torneo. Y, por sobre todas las cosas, ir alejando a los fantasmas de los errores defensivos que quedaron sobrevolando tras la derrota con Vélez en Liniers.

Los dos éxitos consecutivos, frente a Patronato en Arroyito y ante Morón por la Copa Argentina, llegaron en el momento justo. Era indispensable para el Canalla sacar adelante esos dos encuentros. Y en ambos fue justo vencedor. Aunque fue en Salta donde dejó una imagen de mayor solvencia y solidez.

Las victorias aportan confianza, en lo colectivo y en lo individual. No hay dudas de eso. Pero el Central del segundo semestre de 20156, todavía transita el camino hacia la consolidación como tal. La dupla de centrales aún no entrega garantías, ni desde lo defensivo, ni en cuanto a la salida limpia de la pelota. Además, algunos volantes vienen mostrando un nivel por debajo del que habían exhibido en la primera parte del año. Y mientras Ruben afina y recupera puntería, Teo Gutiérrez busca su lugar en el ataque.

Demasiadas cuestiones por pulir. Eduardo Coudet sabe que tiene mucho trabajo por delante para que su equipo desarrolle el ADN con el que acostumbró y entusiasmó al hincha Canalla. Y el Chacho también es consciente que, desde los triunfos, esa construcción será más rápida, y menos traumática. El Central intenso, agresivo, y protagonista que pretende Coudet, sigue en la etapa de gestación. Aunque en las últimas dos presentaciones entregó señales positivas en el tránsito hacia ese objetivo.