Adrián Rodríguez tenía 34 años. Trabajaba como seguridad en la Bolsa de Comercio, pero su pasión era tocar el bajo con su banda Raras Bestias, junto a Joel Pereyra, Sebastián Mauro, Gonzalo Doffo, Gastón Peralta y Sebastian Muguruza. Este miércoles 12 de octubre se cumple un año de su fatídica muerte mientras tocaba con la banda en un concierto en el Café de la Flor, producto de una descarga eléctrica que sufrió cuando intentó socorrer al guitarrista.

Un año después, la causa tuvo sus movimientos: la fiscal Valeria Piazza Iglesias imputó y acusó de homicidio culposo al dueño del bar, Ariel Scharf, el electricista Fernando Campodónico y en una causa paralela, al inspector municipal Pablo Akerman por incumplimiento de sus deberes como funcionario público. Sus allegados pedían que la causa sea caratulada como “dolo eventual”, porque entienden que “sabían del riesgo cuando quitaron el disyuntor”, pero entendieron que era mas difícil de comprobar.

Por estos días se realizó la audiencia preliminar al juicio oral en la causa contra el inspector municipal, y tanto éste como el que condene al dueño del Café de la Flor y al electricista, una vez culminados sentarán precedentes porque no existe causa en la ciudad relacionada con la seguridad en los lugares de esparcimiento nocturno.

Los amigos, familiares y la banda Raras Bestias harán, en homenaje a Adrián, un recital frente a la Municipalidad de Rosario (en la Plaza 25 de mayo) el próximo miércoles 12 desde las 17, para pedir “justicia por Adrián y seguridad para los músicos rosarinos, y para repudiar el ascenso del inspector municipal”. Tocarán varias bandas rosarinas.

“Queremos que el juez que toque dé una sanción ejemplificadora en las dos causas para que sirva a los músicos, que siguen tocando en condiciones infrahumanas porque no cambiaron los controles municipales ni las condiciones de los dueños de bares, padecen falta de seguridad y abuso en el pedido de dinero para tocar”, reclaman los allegados al malogrado músico.

El historiador de rock jodón y gallina

Adrián nació en los fonavis de bulevar Segui, y según cuentan, era un gran historiador del rock, porque sabía mucho de rock nacional e internacional. Un día de 2012 conoció a Joel y a Gonzalo en un bar de Francia y Jujuy, y desde entonces no se separaron.

Joel Pereyra es el cantante de la banda Raras Bestias, y contó a Rosarioplus.com que Adrián “era un tipazo, muy jodón, gallina y siempre con un humor ácido y atento a todo. A los dos nos gustaba el rock, a él más metal y yo mas stone”.

Hablando de River Plate se hicieron muy amigos, y surgió en seguida la idea de una banda de rock. Joel recuerda: “Empezamos a ensayar en septiembre de 2013, y sonábamos horrible, pero ensayamos mucho y desde 2014 tocábamos en clubes barriales a beneficio de comedores de copa de leche”.

El trauma del fallecimiento de Adrián llevó a un parate de varios meses para la banda, que sentían a la par del dolor y el duelo por su pérdida, el temor a que algo así vuelva a pasar. Pero de a poco fueron saliendo, y este miércoles vuelven al ruedo para cumplir con el sueño de su amigo: “La familia nos pidió que sigamos tocando, que era nuestro sueño y el suyo. Estamos en proceso de mas creaciones, también hacemos covers, algunas baladas y otros más metal”, adelantó el cantante.

La noche de la pesadilla

“Los que vivimos esa noche sabemos que fue una pesadilla. Ojalá cuando sean condenados los responsables sea un puntapié para que haya mas seguridad en los bares y boliches para respetar a los músicos que trabajamos en la noche, y que nunca vuelva a pasar”, expresó Joel.

Recordó sobre aquel 12 de octubre en Café de la Flor en que hubo varias versiones de los hechos, que “lo que verdaderamente pasó es que estábamos tocando con la banda, y tras el octavo tema, Gonzalo el guitarrista agarró mi micrófono para decir unas palabras, y recibió una descarga eléctrica. El primero en darse cuenta fue Adrián, que lo socorrió y pasó a ser puente de la descarga. Yo en un momento rápido empujé a Gonzalo en el hombro hacia un costado, y la fuerte descarga lo tiró en vez de al costado unos tres metros hacia el público, donde cae de cabeza, y todos prestamos atención a su caída. Después vimos que Adrián estaba pegado y recibió la descarga mayor”.

Como el viernes anterior había sido puenteado el sistema eléctrico, no había disyuntor en el bar, y por ésto las luces del lugar nunca se apagaron ni bajaron tensión. “Cuando cayeron los médicos y la policía, seguía todo encendido, y cuando le hicieron la primera reanimación acopló todo el sonido”, recuerda.

Según recuerda el cantante de Raras Bestias, el dueño del Café de la Flor, Ariel Scharf, estuvo en el lugar toda la noche, mostró las instalaciones y declaró a los efectivos policiales, pero no dijo nada a la banda y se lo veía calmado.

El polémico cargo del instructor               

La fiscal Piazza Iglesias pidió cinco años de prisión efectiva y 10 de inhabilitación para el electricista Fernando Campodónico y cuatro años de efectiva y diez de inhabilitación para Scharf, ambos están acusados de homicidio culposo. El inspector municipal Pablo Akerman fue acusado por “incumplimienro de sus deberes como funcionario público” en marzo pasado, con pedido de tres años de prisión y 10 de inhabilitación.

Sin embargo sobre este último se desató una polémica, ya que el 11 de julio pasado fue trasladado por la propia intendenta Mónica Fein al cargo de coordinador de habilitaciones en una segunda categoría. Esto generó malestar en los familiares y amigos del músico fallecido, quienes expresaron su repudio, y generó hasta que el Concejo municipal emita su propia discordancia con el Ejecutivo.

Rosarioplus.com consultó a fuentes del Palacio de los Leones que aclararon que “el inspector no fue ascendido como se difundió cuando se supo del traslado, sino que ahora es un coordinador de 2º categoría, y recibe menor sueldo ya que no gana adicionales por el trabajo en la calle”, aunque confirmaron que su cargo implica decidir habilitaciones de locales rosarinos.

Además desde el municipio recordaron que “la investigación e imputación de una fiscal no influye para nada en la decisión”, pero en caso de que el juez lo declare culpable, aclaran que “se puede rever su nuevo cargo”.

Recordaron que la última habilitación realizada por el ahora coordinador en el Café de la Flor fue hecha seis meses antes, en abril de 2015, y dio el visto bueno tras inspeccionar las salidas de emergencia, los horarios y la llave térmica, y recordaron que tras ésta hubo cambios de titularidad del bar que no fueron registrados, pero durante los seis meses posteriores sí se realizaron las inspecciones nocturnas (que al hacerse durante la apertura de los bares no se controlan las llaves térmicas).

De esta forma lo defendieron: “La decisión de 'puentear' el disyuntor el viernes anterior al hecho excede a Akerman y el resto de los inspectores municipales”.

Sobre todo esto, Joel Pereyra opinó: “Estamos descreídos del Municipio, que pone a Akerman a habilitar locales aunque esté imputado, y eso fue un cachetazo para nosotros y la familia de Adrián. La fiscal descubrió que firmó una habilitación a la que no fue, y que tenga gente a su cargo que haga habilitaciones y dé el visto bueno, es un disparate”.

De esta forma analizó como “no creíble que no haya alguien capaz en todo el municipio para cubrir ese cargo, y que sea justo él nos da la pauta de que el municipio está de su lado”. De esta forma, ratificó su descreimiento de que el control de la nocturnidad de la ciudad pueda mejorar a la par de la justicia.