La situación judicial del empresario de seguridad privada Miguel Milano, acusado por el delito de desbaratamiento de una empresa y por ser “socio oculto” de la misma, se complicó luego de que dos imputados en la causa se quebraran y aportaran datos clave. Ya había un testimonio que lo complicaba, pero el horizonte se volvió ahora aún más complejo. El empresario siempre sostuvo, en su defensa, que no tuvo vinculación con esa firma.

En sus testimonios, estas personas vinculan a Milano y a ciertas operatorias financieras de una conocida empresa de su propiedad con la compañía que le adjudican haber creado y vaciado. Los imputados, sobre quienes puede recaer sanción penal en el marco de esta causa, ofrecen aportar pruebas consustanciadas y detalladas que demuestran que Milano era quien controlaba la empresa Truck Security SRL y quien la vació.

Ambos presuntamente actuaban como testaferros del reconocido empresario rosarino en la firma Truck. Según la fiscalía, esta empresa contrató a dos contadores -que se convirtieron en querellantes- para que se hicieran cargo de la administración contable, aunque se incumplió el pago por los servicios. Argumentan que Truck atrasó los pagos para ganar tiempo y dejar sin solvencia a la empresa, y así no cumplir con sus obligaciones.

La acción ilícita de Miguel Milano consiste, según la imputación preliminar del fiscal, en haber afectado la solvencia y actividad empresarial de Truck mediante instrucciones y decisiones de actos jurídicos variados: cesiones de cuotas, renuncias de apoderados y gerentes, órdenes de no pago de facturas, cheques e intervención directa en las refinanciaciones de las deudas mantenidas con los denunciantes.

Lo que los querellantes y fiscal buscan acreditar es que Miguel Milano era el controlante de Truck y generaba los clientes. Pero le soltó la mano cuando la firma entró en crisis. Se trata de un delito patrimonial que puede llegar a un acuerdo reparatorio.

Pruebas claves

“Milano era el dueño real de la empresa”, según precisó a Rosarioplus.com el fiscal jefe de la Unidad Fiscal Especial de Delitos Económicos Sebastián Narvaja. Para esta afirmación, la Fiscalía se basó en varios elementos.

Los servicios que prestaba Truck los facturaba El Centinela SRL (propiedad de Milano), al menos así lo admite como testigo un directivo de una firma de renombre de la ciudad, que contrató a la empresa en cuestión para custodia de vehículos que transportaban sus cargas. Además, funcionarios de una entidad financiera que trabaja a nivel nacional mostraron cadenas de mails con operaciones de Truck que iban con copia a Miguel Milano.

Por otra parte, una persona que trabajó en la empresa de seguridad dijo que los cheques de Truck SRL llegaban a El Centinela y desde ahí se le daban destino. Pero también el cruce de estos instrumentos financieros era al revés. Según apuntaron, los juicios laborales entablados contra Milano SA se pagaban con cheques de Truck SRL.