La imputación al mediático abogado penalista Marcos Cella por el crimen de Lorena Ojeda comenzó bastante antes que el 16 de diciembre de 2016, cuando la joven fue baleada en la zona de Vera Mujica y Rueda. Es que su crimen, que fue un “error” de sicarios, fue apenas el coletazo de una serie de muertes que están íntimamente relacionadas con la interna de la barra brava de Newell’s.

Es que el hombre clave en la seguidilla de sangre y balas es Ariel “Tuby” Segovia, un ex barra leproso cliente de Cella, quien según Fiscalía eligió dirimir a balazos la supremacía en los escalones de cemento del Coloso Marcelo Bielsa. Así, la Fiscalía lo investiga por los crímenes de Maximiliano La Rocca y de Matías “Cuatrerito” Franchetti, dos líderes de una facción antagónica.

Es justamente el crimen de Franchetti el detonante de otros dos asesinatos que, finalmente, llevaron al mediático abogado a sentarse en el banquillo de los acusados.

Según la hipótesis que maneja la Fiscalía, cuando “Tuby” planificó el crimen del Cuatrerito, hubo un desertor: Jonathan Rosales. Y, parece, en los códigos barras ese tipo de gestos no se perdona. Apoyada en los testimonios de la familia de Rosales, la Justicia sospecha que Segovia decidió matar a Jonathan por no participar del resonante crimen de Franchetti.

La noche del 22 de junio del año pasado, Rosales iba en moto junto a su novia Brisa Ojeda por Padre Giaccone al 1400, en la zona sur, cuando desde un auto le dispararon causándole la muerte. Brisa fue herida pero sobrevivió, y se convirtió en testigo clave del crimen de su pareja.

El 16 de diciembre debía presentarse a una rueda de reconocimiento que preocupaba a Segovia. Temía que la joven lo reconociera y complicara su situación procesal. El Tuby estaba preso desde octubre, cuando fue detenido tras llegar herido de bala al Hospital de Emergencias. Por eso, pidió a su abogado defensor que postergara aquella cita. Según la escucha revelada por la Fiscalía, necesitaba tiempo : “yo veo si la hago desaparecer”, le dijo a Cella.

Finalmente, el mediático abogado consiguió que la rueda fuera postergada al 19 de diciembre. Ese mismo 16, según la reconstrucción de los hechos formulada por la Fiscalía, los sicarios de Segovia fueron a buscar a Brisa. Pero hubo un error y terminaron baleando a su hermana Lorena, con quien tenían un parecido físico. La joven agonizó en el Heca hasta que falleció el pasado 21 de enero.

Las escuchas que presentó la Fiscalía llevaron al juez López Quintana de aceptar la imputación por homicidio en grado de partícipe secundario, aunque el magistrado decidió dejar en libertad a Cella durante el proceso, a cambio de una fianza de un millón de pesos.