El martes 6 de septiembre la crónica policial sacudía con una nueva víctima de la violencia urbana. Tres jóvenes se encontraban sentados en la esquina de Ameghino y Patricios Argentinas cuando se detuvo un auto Volkswagen Gol Trend y los ocupantes abrieron fuego unas ocho veces para luego huir. La víctima fatal fue identificada días después como Eros Fabricio Rosales, un joven de 20 años que trabajaba como bufetero en el Club Unidad y Tesón, de Entre Ríos al 3800, en el corazón de la zona sur rosarina

Eros murió al instante. Tenía un tiro en la cabeza y otro en la nuca. Los dos jóvenes que lo acompañaban resultaron heridos en las extremidades y fueron trasladados por familiares al Roque Sáenz Peña. El día del crimen, el joven se dirigía a su trabajo en el club y en su recorrido hizo una parada para charlar con las otras dos víctimas, con quienes mantenía una amistad.

En ese ínterin, también intercambió mensajes de QhatsApp con su compañero de trabajo, Gabriel, a quien le comunicó que estaba en camino. Eros nunca llegó. Su compañero insistió con una llamada, pero el celular no respondió. Al día siguiente tampoco llegó a su casa y días después, tras una intensa búsqueda, sus familiares hallaron su cuerpo en el IML.

“Hace una semana venimos pensando qué decir, cómo comunicar, qué hacer como club cuando matan a uno de sus integrantes. Y sobre todo por lo delicado, por la delgada capa que se perforó cuando asesinaron a Eros, uno de los trabajadores del club, de 20 años. Cuando nos integramos al club lo hicimos con el sueño de construir un espacio de encuentro, de recreación, de construcción de lazos, de juego”, escribieron sus compañeros en las redes sociales del Club Unidad y Tesón.

Club Unidad y Tesón

Desde la institución aseguraron que el asesinato de Eros hace fue lo más duro que les tocó vivir como comunidad. “Eros murió como mueren tantos jóvenes en nuestra ciudad, como consecuencia de un entramado que es más fuerte que el que tantas organizaciones como la nuestra intentan construir, que usa otros medios y que tiene a sectores del Estado formando parte”, lamentaron.

El recuerdo de los compañeros de club de un pibe muerto por las balas

El dolor de sus amigos del club Unidad y Tesón 

En el comunicado, desde Unidad y Tesón manifestaron que “el club debe decir algo ante situaciones tan terribles como estas. Porque está en juego nuestra misión, nuestros valores, nuestra gente. Hay límites que no se pueden cruzar, esos son los acuerdos sobre los que se funda una sociedad, una nación”.

El actual y joven presidente de la institución, Jerónimo Fogliato, dialogó con Rosarioplus.com y dijo que la institución es un espacio cargado de lucha y solidaridad que a través del trabajo colectivo reverdeció generando un fuerte lazo con el barrio. “En el caso de Eros, además de estar en el bufet del club, le habíamos conseguido una beca para estudiar criminalística por un convenio con una mutual. Era un pibe con la adversidad que implica tener 20, ser de un barrio popular y no tener un laburo formal o no poder acceder porque el Estado no lo garantiza”, señaló.

El dirigente aprovechó la oportunidad para expresar que Eros como otros pibes de barrio y que, para ellos, los clubes funcionan como herramienta de contención o una oportunidad de desarrollarse en el tiempo, ya que se abren muchas oportunidades desde el deporte, la cultura y la construcción colectiva en momentos donde el narco gana territorios. “Se necesitan más clubes, donde la gente se pueda desarrollar y donde el Estado tiene que acompañar, es un momento para poner el foco ahí, porque donde la violencia se naturaliza eso no tiene salida”.