Julián Zanier se había instalado hace poco tiempo al fondo del pasillo de Fontana 3121, donde este jueves un rato antes de las 6 de la mañana fue acribillado a tiros sobre la silla de ruedas en la que estaba postrado. Trascendió que, a sus 23 años, tenía pedido judicial de captura por un homicidio de 2017, y había sido investigado por otro, de marzo pasado.

Este jueves la escena en ese humilde rincón de Nuevo Alberdi, a la vuelta de la plaza y canchita del barrio, era de vecinos azorados por el infierno de disparos que los despertó luego de escuchar los gritos de "¡Policía! ¡Policía!" por parte de un grupo de hombres vestidos con indumentaria policial y pertrechados con chalecos antibala, como preparados para una contraofensiva de balazos.

Trascendió que el Peugeot 206 azul en el que llegaron y se fueron los homicidas ya había merodeado el barrio la semana pasada.

A la vuelta de la estrepitosa ejecución mafiosa existe un puesto de vigilancia policial permanente, en Ciudadela y Joaquín Suárez. 

El detalle de que los cinco sicarios usaran vestimenta policial llevó a que intervenga en el caso el área de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad. 

Fuentes de la investigación que ahora conduce el fiscal Patricio Saldutti deslizaron que Zanier era buscado por el asesinato de una testigo involuntaria de una cacería mafiosa. El 4 de febrero de 2020, un Renault Clío perseguía desde Villa Banana a una moto conducida por un muchacho. En 24 de Setiembre y Manatiales (cerca de Seguí y Avellaneda), desde el auto abrieron fuego y un tiro derribó por la espalda a Dora Quiroga, de 63 años, que justo caminaba por la calle rumbo a lo de una señora a quien cuidaba cada noche. La investigación involucró a Zanier, quien no obstante logró mantenerse lejos de la captura hasta que esta madrugada lo encontraron sus asesinos. 

Zanier también fue investigado en el entorno del crimen de Brian Yedro, un repartidor asesinado el 8 de marzo pasado, en Constitución y Cochabamba. Este muchacho era hijo del secretario del Sindicato de Cadetes, Gustavo Yedro. 

En tanto, los habitantes del pasillo de Nuevo Alberdi aseguraban que nada sabían del nuevo vecino, postrado en silla de ruedas. No obstante, no pasaba inadvertido el Volkswagen Scirocco que poseía Zanier, un contraste en esa barriada humilde.

"La única que se ve es la chica que sale a llevar al nene al jardín. A él casi nunca lo vimos, estaba inválido. Se mudaron hace poquito, no se su historia ni la quiero saber", dijo Nora, la referente barrial que atiende enfrente un comedor comunitario. Al móvil de Sí 98.9 le contó que "se escuchó que gritaban 'policía', pensé que era un allanamiento, yo estaba en la cama. Ahí nomás se oyó una banda de tiros, yo me escondí, con todos los vidrios que tengo al frente. Aclaro que yo no tengo nada que ver con todo esto". La vecina accedió por solidaridad a albergar a la familia de la víctima durante el operativo de la policía criminalística.