Este jueves el gobierno nacional, empresarios y  sindicatos definieron fijar en 8060 pesos el salario mínimo vital y móvil, lo que significa un aumento de un 33% respecto a la suma definida el año pasado, que fue establecida en 6060 pesos, mientras que el Seguro por Desempleo -que no se actualizaba desde 2006- subirá 650%, a 3.000 pesos.

En los números, el acuerdo establece que el salario mínimo trepará dos mil pesos, con un aumento que será fraccionado en tres cuotas hasta enero de 2017. Sin embargo, si se toma la cotización del dólar como variable, la fría realidad de los números indica que el nuevo salario mínimo está por debajo de los valores del año pasado.

En agosto de 2015, cuando el salario mínimo, vital y móvil fue llevado a los 5588 pesos, el dólar cotizaba a 9,21 pesos. Es decir que, expresado en la moneda norteamericana, un trabajador que percibía el mínimo ganaba 607 dólares por mes. En enero, con el último incremento, el SMVyM fue llevado a 6060 pesos, con el dólar a unos 14 pesos promedio significaba un haber de 432 dólares, marcando una fuerte depreciación a partir de la devaluación encarada por el nuevo gobierno.

Ahora, el nuevo mínimo, establecido en 8060 pesos, implica que, con un dólar cotizado en 14,40 pesos, los trabajadores que lo perciben ganarán el equivalente a 560 dólares. Es decir que los dos mil pesos de aumento acordados no alcanzan a recuperar la depreciación del salario mínimo frente a la moneda estadounidense. Es más, teniendo en cuenta que los incrementos se darán dosificados (750 pesos en junio, igual monto en septiembre y 500 pesos en enero de 2017) hacen más incierta la comparación, en un escenario en el que se desconoce la futura cotización del dólar frente al peso.

Para, al menos, igualar el valor que el salario mínimo tenía frente al dólar en agosto del año pasado, el nuevo piso debería haberse fijado en los 9460 pesos, es decir, unos 1400 pesos más que lo acordado este jueves en la casa Rosada.