En la actualidad, la vacunación contra el Covid-19 avanza favorablemente en diferentes países, gracias a la aplicación de biológicos producidos por diversas plataformas en Estados Unidos, Europa y Asia. 

Todos los biológicos que se encuentran actualmente en desarrollo, específicamente para covid-19, son vacunas no vivas que no pueden transmitirle a los pacientes la enfermedad viral, y por consiguiente no pueden transferir la infección ni cambiar su información genética. Estas vacunas se pueden utilizar de forma segura en pacientes con enfermedades reumáticas y musculo-esqueléticas, así como en pacientes que reciben medicamentos que influyen en el sistema inmunológico.

La vacunación es la forma más potente, inocua y eficaz de protegernos para evitar las consecuencias de enfermedades prevenibles. Actualmente, la inmunización previene entre 2 y 3 millones de muertes cada año por enfermedades como la difteria, el tétanos, la tos ferina, la influenza y el sarampión, poliomielitis, viruela y actualmente el Covid 19.

A grandes rasgos, podemos dividir las enfermedades reumáticas entre aquellas que cursan con un desorden del sistema inmunológico (enfermedades autoinmunes, como las artritis o el lupus) y las que se dan producto del desgaste de las articulaciones por causas mecánicas o metabólicas (osteoporosis, artrosis, tendinopatías) en ausencia de fenómenos autoinmunes. Es necesario aclarar que algunos pacientes pueden pertenecer a ambos grupos, pero esta distinción suele estar clara en la mayoría de los casos restantes.

Los pacientes con enfermedades autoinmunes suelen tratarse con fármacos que disminuyen la actividad del sistema inmune (tratamientos inmunosupresores), por lo que han sido incorporados a la población objetivo a vacunar en forma prioritaria. La evidencia actual indica que este grupo de enfermedades tiene un mayor riesgo de infección por covid-19, pero esto no significa que sea más grave o tenga mayor riesgo de mortalidad. En estos individuos, el beneficio de la vacuna covid-19 supera cualquier riesgo posible.

Respecto de los pacientes con evidencia de desgaste articular por otros mecanismos, sólo se recomienda su vacunación prioritaria según su edad o la presencia de otros factores de riesgo concomitantes.

La información disponible hasta ahora para manejar la gran variedad de casos en el consultorio es limitada. Aunque no hay recomendaciones uniformemente aceptadas, ya se han publicado guías desarrolladas por diferentes sociedades de reumatología.

La clave respecto a las recomendaciones para el manejo de la indicación de inmunización contra el coronavirus en pacientes con enfermedades reumáticas es la necesidad de tomar decisiones compartidas. En el contexto actual, es razonable hacer una evaluación personalizada antes de la vacunación. Es fundamental contar con pacientes informados y médicos que brinden toda la evidencia disponible para que juntos puedan tomar una conducta consensuada entre médico y paciente frente a las posibilidades de vacunación. 

También es importante aclarar que hasta que no se cuente con más información respecto al nivel de protección que aportan las vacunas contra el covid-19, en condiciones de la vida real, las personas que se hayan vacunado deben seguir todas las medidas conocidas y comprobadas de autocuidado. 

Los conocimientos sobre el SARS-COV2 y la vacunación son dinámicos, pero no hay dudas de que su administración es una de las mejores estrategias con las que contamos para prevenir la infección.

(Si ud. es paciente reumatológico y quiere ampliar la información de esta nota puede dirigirse aquí).

Dr. Duilio Guzzardo (FB/IG @Dr.Dguzzardo

Director Equipo de Formación e Investigación en Dolor 

Reumatólogo (Matrícula Nº 18.305)