Ocho años se cumplen de aquel 3 de junio en que la sociedad se congregó en las calles de 80 ciudades del país (y otras tantas del mundo) para decir basta a los femicidios y crímenes de odio, a la violencia de género y el lesbo-trans odio. Y lejos de apagarse, esa gesta se trasladó a las discusiones sociales y a la ampliación de derechos, que en Rosario pasó de tener columnas de una cuadra a 12 cuadras de mujeres y disidencias marchando por el centro. Aunque el proceso social caló hondo y se incorporaron nuevas formas de vincularse, cada año siguen muriendo cientos de mujeres y disidencias. Por eso la importancia de marchar, sumado al "preocupante avance de la derecha que pone en peligro las calles y los derechos”, tal como expresó Liliana Leyes, activista feminista de ATE Rosario, en diálogo con Rosarioplus.com.

Para este 2023, la marcha del sábado se trasladó del centro a la costa rosarina, en el cruce de bulevar Oroño y el río como punto de salida. Allí se expresarán mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans, identidades no binarias, villeras, discas, indígenas, originarias y afros. Por disposición del Concejo de Rosario, habrá gratuidad del transporte público desde las 11 hasta las 22. Durante la jornada se podrá consumir comidas y objetos en la tradicional feria de economía popular en el parque, con más de 154 stands de las organizaciones barriales, y que contará con un puesto sanitario con información de salud, sexual y reproductiva. Además, docentes brindarán juegos con la temática de ESI para todas las edades.

Por la tarde, se marchará desde Oroño y el río por la costanera hasta el parque España. La marcha culminará en un acto en las escalinatas, que se desarrollará desde las 15 hasta las 18 para garantizar seguridad al regreso. Conducirán el acto Michelle Vargas Lobos, Almudena Munera y Virginia Giacosa.

Mariana Vaccaro, miembro del Comité de Articulación Lesbotransfeminista de Rosario, detalló que se marchará por Rivadavia desembocando en el giro del parque España, y sobre el orden de las columnas, adelantó: “Primero estarán las organizaciones solo de mujeres y disidencias, sociales, políticas, feministas en general, y sobre el final las que marchen con varones cis”.

Un grito que es plural y de reclamos puntuales

En el acto se leerá la habitual proclama, que todas las organizaciones construyeron en asamblea. Entre los reclamos, piden freno a la discriminación y violencia simbólica, mediática, obstétrica, política, física, sexual, psicológica, laboral, económica, en la casa, en la calle, en el trabajo y en los vínculos afectivos. Allí se destaca que cesen las violencias que sacuden a Rosario marcada por el narcotráfico, “que impacta a mujeres, disidencias e hijes”.

Además del problema de seguridad por el narcotráfico, señalan que se siguen desapareciendo mujeres, así como diversidades y niños, como el caso de Paula Perassi en el Cordón Industrial que continúa con la trama de complicidades del poder, o el caso de Tehuel que salió a una entrevista de trabajo hace mas de dos años y la niña de San Luis Guadalupe Lucero, de quienes no se supo más nada.

Como cada año, el reclamo es por “Ni una menos”. A eso, Liliana Leyes le sumó: “No es solo que nos dejen de matar. Nos queremos libres, autónomas y con equidad”. Se conmemora el crimen de Chiara Paez, pero también los 300 femicidios por año que nunca cesaron en el país. “La violencia machista no está teniendo un cambio estructural, se sigue ejerciendo sobre las mujeres y disidencias”, indicó la sindicalista.

“La familia que encubrió al chico que mató a Chiara Paez sigue viviendo en el mismo lugar. Necesitamos una justicia con perspectiva de género”, precisó Liliana, quien además indicó que “se espera que Fabio, el papá de Chiara, sea parte del acto este sábado”.

Ana Clara Bordato, miembro de Campaña contra la Violencia hacia las mujeres, agregó: “Lo que aún no vemos a pesar de las conquistas es reducción del índice de violencia, con el femicidio como la más extrema, pero también con la reproducción de otros tipos de violencias alarmantes, a través de estereotipos de género que profundizan las desigualdades”.

Otros puntos entre los reclamos se encuentra la reparación histórica trans por la Dictadura, “y que se aplique el cupo laboral en el Estado, traductores de lengua qom en la Justicia (porque cuando se acercan a denunciar no son comprendidas), ESI en las escuelas, Ley Micaela porque aunque se esté capacitando, sigue existiendo violencia laboral en el Estado”, aseguró.

Suman los reclamos de mujeres de la tercera edad, y de violencia obstétrica y ginecológica, así como por las tierras que padecen las Mapuches en el sur, Wichis en Chaco y Formosa, y puntualmente las Qom de Rosario.

Decenas de organizaciones barriales, sociales y políticas y sindicatos se reunieron para organizar esta jornada, en la que llaman la Asamblea Lesbotransfeminista, definiendo cada actividad de manera horizontal. La asamblea es de lo más heterogénea: chicas súper jóvenes que se autoconvocaron, universitarias, adultas mayores, mujeres originarias, capacitadoras de ESI, miembros de partidos y de sindicatos, y de la comunidad LGTBIQ.

La mirada transgeneracional

En ocho años, el movimiento de mujeres creció mucho, y como es lógico, hubo recambios generacionales en cada organización. Ana Clara Bordato expresó: “En la asamblea hay un núcleo que participamos desde hace mucho tiempo, con organizaciones feministas, y se destaca un movimiento de feminismos que se unieron ante esta realidad. Nos unifica ese pedido de justicia con perspectiva de genero, equidad salarial, diferentes reivindicaciones que nos agrupan como colectivo”.

Sobre este entramado intergeneracional, recordó Leyes: “Las primeras marchas éramos una cuadra de largo, y hoy son mas de doce. Es enorme el cambio. Las pibas y pibis nos enseñan día a día por sus formas de vincularse tan diferente a las nuestras”.

"Somos más libres que cuando empecé a militar hace tantos años. Hace ocho años se trató de una convocatoria de la sociedad entera, el hartazgo por la muerte de Chiara frente a tantos femicidios. Mucho hicieron desde la Campaña por el Aborto, porque aprendimos sobre ese derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. La marcha al Congreso por la Ley del Aborto fue de las más grandes del mundo. Y aprendimos que al avance machista le respondemos con más autonomía”, explicó Leyes. Y alertó que es un momento para no permitir “a la derecha que nos quite los derechos y la calle. Y seguimos alertas a las resistencias machistas”.

Bordato, por su parte, repasó: “El 3J, así como el 8 de marzo y el 25 de noviembre nos nuclea a las asambleas de todo el país en la lucha con constancia, y ahí se ve un recambio generacional, con nuevas jóvenes, incluso de secundarios que se sumaron a partir de la Marea verde en 2018 por la Ley del Aborto, un derecho fundamental sobre los cuerpos de gestantes. Se rompió desde ahí el silencio en torno a abusos laborales, escolares, y en diferentes ámbitos, porque entendimos que colectivamente se podía denunciar y reclamar respuesta del Estado como expresión del Gobierno que no resuelve de forma eficiente con políticas publicas ni con una ley de emergencia en violencia de género”.

“Desde el femicidio de Chiara nos han unido muchos casos que no tienen un hilo conductor como la edad, la raza o la clase social, sino el hecho de que un hombre cree que somos su propiedad. La Justicia avanzó mucho en estos años, pero aún tenemos muchos huecos: ciudades pequeñas, pueblos alejados, y provincias que siguen desoyendo las denuncias. Pero si seguimos haciendo escuchar, lograremos que este patriarcado se caiga de una vez. Infancias, personas trans y mujeres, están siendo vulneradas cada día”, finalizó Vaccaro.