Emilio P., representante de la ONG Grávida en la ciudad de Santa Fe, fue notificado en el marco de la investigación por la actuación de la organización católica en una causa por abuso sexual infantil. El fiscal Matías Broggi, perteneciente a la Unidad de Violencia de Género, Familiar y Sexual, "le comunicó" sus derechos como imputado, aunque todavía no se hizo la audiencia imputativa.

La asociación civil Palabras, además, formalizó esta semana su pedido de constitución como querellante a través del abogado Guillermo Munné. Se espera que la Justicia santafesina fije una fecha de audiencia para tramitar la participación de la asociación en el proceso. Sin embargo, la defensa del sospechoso, representada por los abogados particulares José Ignacio Mohamad y Luciana Martínez, se opuso al pedido. 

A principios de este año se presentó un caso en el que se solicitó la interrupción del embarazo de una niña de 12 años que había sido víctima de abuso por parte de su padre en la localidad de Garibaldi. Desafortunadamente, la menor no llegó a su cita programada para el procedimiento y fue encontrada varios días después, junto a su madre, en la sede de la ONG Grávida, ubicada en el centro de la ciudad de Santa Fe.

En enero de 2023, un hombre residente en Garibaldi, identificado como G.A., fue detenido e imputado por abuso sexual reiterado con acceso carnal, agravado por el vínculo, la guarda y la convivencia, conjuntamente con la promoción de la corrupción de menores agravada por el vínculo, la guarda y la convivencia. La víctima, su hija de 12 años, quedó embarazada como consecuencia de los abusos sexuales sufridos.

Durante la audiencia en la que se le dictó la prisión preventiva al acusado, se dieron a conocer varios detalles sobre la situación que se vivía en el hogar de la víctima menor de edad. Según se informó, el acusado no permitía que su esposa trabajara ni tuviera un teléfono celular, y además se oponía a que sus cinco hijos asistieran a la escuela. 

En junio, la mujer y sus hijos huyeron del hogar y se trasladaron a Sunchales, donde permanecieron varios meses antes de regresar a Garibaldi en noviembre. Fue en ese momento que descubrieron que la niña estaba embarazada, y según su testimonio, el responsable era su propio padre: "Fue papi", le confesó la menor a su madre.

Desde la Unidad Fiscal Especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual (Gefas), informaron que los abusos fueron cometidos en un período indeterminado de tiempo hasta junio de 2021, en la vivienda familiar. Además, explicó que estos abusos se dieron en un contexto de violencia de género por parte del imputado hacia su esposa y sus cinco hijos pequeños, cuatro varones y una niña.

A raíz de una notificación de la escuela por las reiteradas ausencias de los niños, el servicio local de Garibaldi comenzó a intervenir con el grupo familiar. La madre dio su testimonio ante varios organismos y describió los numerosos episodios de violencia que sufrió por parte del imputado desde el inicio de la relación: violencia psicológica, simbólica, económica y física, incluyendo golpes con palos, cadenas y puños. 

La mujer y sus hijos lograron escapar de su hogar el 30 de junio de 2022, cuando su pareja había salido a trabajar y ella pidió ayuda a una vecina para contactar a la representante de la comuna, ya que era su única posibilidad de escapar de la violencia doméstica que sufría. Desde el municipio se dio aviso a la policía, mientras la mujer preparaba sus pertenencias para huir con sus hijos. Cuando el móvil policial llegó al campo donde vivían, la mujer procedió a denunciar la violencia en la comisaría, para luego ser trasladada junto a sus hijos a una casa de resguardo en la localidad de Sunchales.

En noviembre, la mujer regresó a vivir con sus hijos en una casa en la zona urbana de Garibaldi. Allí notó cambios en el cuerpo de su hija y en diciembre decidieron ir al centro de salud local, ya que la niña tenía los pies hinchados y malestar general. Los médicos inicialmente consideraron un posible problema renal y realizaron los análisis correspondientes, pero los resultados fueron negativos. Luego, se le practicó un test de embarazo que dio positivo. Fue en ese momento, entre lágrimas y en presencia de su madre y la médica, que la niña confesó: "Papi me hizo esto".

La menor habría expresado los abusos que sufrió a los profesionales que la asistieron en el hospital Iturraspe de la ciudad de Santa Fe, donde se realizó la interrupción del embarazo. Además, la fiscal mencionó que la niña le comunicó a su madre su deseo de no seguir adelante con el embarazo y que solo quiere volver a disfrutar de la pileta con sus amigas. También señaló que la menor había manifestado su deseo de poder expresarse antes de la audiencia, pero su situación de internación se lo impedía.

La investigación judicial se centra en determinar los acontecimientos que tuvieron lugar desde la primera cita hospitalaria a la cual la madre y su hija no concurrieron, hasta el momento en el que fueron halladas en la sede de la ONG. En el marco de esta pesquisa, un miembro de Grávida en Santa Fe fue convocado por el fiscal a la Fiscalía, donde se le informaron sus derechos, mientras que la organización Palabras hizo la solicitud de constituirse como querellante en el caso.