En la audiencia de apelación a los ex celadores del Hogar del Huérfano de Rosario fueron puestos en libertad el pasado jueves al mediodía. Desde el Centro de Asistencia Judicial, que acompañan a la querella y la Fiscalía al joven denunciante en el proceso, no salen de su asombro y recuerdan el derrotero de vejaciones que vivió el joven, que hoy es mayor de edad.

La historia de quien responde a las siglas R.A no tiene nombre de tantos ribetes y suplicios. Residió un tiempo corto en un hogar de Carcarañá. Luego fue encontrado en situación de calle deambulando en Rosario y entonces fue ingresado en el Hogar del Huérfano.

Tenía sólo cinco años y es el lugar donde pasó más tiempo institucionalizado. Luego la Dirección de Niñez organizó su adopción desde una familia solidaria y fue entonces cuando se animó a contar sobre los abusos a los que fue sometido en dicha institución. 

Esto fue notificado por ellos a Niñez, que verificaron e hicieron la denuncia y se resolvió intervenir el Hogar del Huérfano para que no ocurrieran otros abusos a más niños. Luego la Provincia se constituyó en querellante en la causa que investiga a los dos celadores que actualmente tienen las dos condenas y que fueron puestos en libertad

El niño siguió viviendo con esta familia solidaria, pero al tiempo, la mujer adoptante enfermó de una grave dolencia y no pudo seguir cuidándolo. Entonces el chico fue reinstitucionalizado en Bigand.

Cuando vivió en Bigand se resolvió la situación del niño R.A, y fue adoptado por una familia que reside en otro pueblo santafesino, que allegados a la causa no precisaron a este medio, pero sí puntualizaron que “esa adopción (a diferencia de la anterior) no fue registrada ni tutelada por el RUAGA”.

El niño cuando vivía en el pueblo asistía a una escuela donde desde la institución pudieron ver que tenía marcas de golpes en el cuerpo, pero desde el Centro Asistencia Judicial confirmaron a Rosarioplus.com que “nadie de la escuela denunció ni hizo nada para frenar esto”.

Fue después, cuando tenía alrededor de 15 años que pudo contar que “su padre adoptivo lo torturaba, le sumergía la cabeza en baldes de agua y no lo dejaba respirar". Esto se repitió hasta que un día esta familia lo dejó con una bolsa con su ropa en la Dirección de Niñez, sin dar explicaciones.

Allí lo alojaron en una institución para adolescentes en Alvear, pero se terminó escapando a los pocos días hacia Capitán Bermúdez “donde él sabía que se encontraba su madre biológica". "Pero ahí no fue bien recibido porque era una familia conflictiva”, precisó el vocero del CAJ.

En paralelo a la realidad de este adolescente que luego llegó a su mayoría de edad, la causa contra los dos celadores continuó su curso. Sin embargo, el adolescente no fue notificado sobre este recorrido judicial porque justamente no se sabía de su paradero. Estaba por fuera del sistema provincial de menores y “se le perdió el rastro durante años”, aseguraron.

Ahora siendo R. ya mayor de edad se pudo conocer que reside en Fray Luis Beltrán, donde al fin una familia sana lo cobijó ‘de palabra’, o sea por fuera del sistema convencional. Fue encontrado gracias a la colaboración con el fiscal Diego Meinero de parte del Centro de Asistencia Judicial, se acercó desde comienzos de este año.

Sin embargo se sumó otro hecho traumático a su largo derrotero con la corta edad. Hace unas tres semanas estaba "cirujeando" en un basural y un policía bajó de un patrullero y le disparó un tiro de la nada. Estuvo internado en gravedad en el Hospital Eva Perón, pero ya se encuentra sano de vuelta por fortuna.

Cuando al joven de ahora 19 años se le contó que estaba avanzando la causa, le pasaron todas sus memorias por el recuerdo y tuvo mucho temor de tener que declarar, pero lo hizo. “En la audiencia entre lo poco que pudo decir, aseguró que el peor lugar de los que estuvo alojado es el Hogar del Huérfano”, aseguró el vocero del CAJ.

En la sentencia de Cámara de agosto pasado, que vuelve a condenar a los celadores, por 12 años, al enterarse sus palabras fueron: “Llegó tarde pero llegó, y les agradezco por todo lo que hicieron, porque esto sino hubiera quedado en la nada”.

Luego fue la audiencia de prisión preventiva, donde la jueza Luciana Prunotto decidió darles efectiva porque “entendió que ya hay dos condenas que indican que estas dos personas son penalmente responsables por los delitos sexuales, y adujo que había peligrosidad procesal por peligro de fuga”.

La instancia del pasado viernes era solo por cuestiones de derecho, “de si fue debido el proceso judicial, pero los hechos quedaron acreditados. La defensa apeló a la prisión preventiva, y en la audiencia el juez Llaudet los liberó para sorpresa de todos los que acompañamos al chico”.

R. no quiso participar en esta audiencia, delegó su confianza en la Fiscalía, la querella y el CAJ, pero ahora toca que conozca la amarga noticia de que quienes son vistos como los abusadores sexuales de su infancia en el Hogar del Huérfano, ahora respiran libertad. Claro que no es una sentencia firme y el fiscal ya aseguró que apelará.

“En estos días nos estaremos comunicando para explicarle la situación judicial. Dejaremos que pase tranquilo la Nochebuena con su familia, considerando lo que le costó declarar y lo que le pasó con el policía”, confiaron desde el CAJ.