Un cohete con origen desconocido se estrellará en la Luna este viernes. Algunos científicos creen que la chatarra ha estado dando vueltas por el espacio desde que China lanzó su misión lunar en 2014, pero las autoridades del país oriental dudan de que sea suyo.

La nave impactará contra la cara más lejana del satélite natural de la Tierra a 9.300 km/h. Los especialista esperan que el objeto abra un agujero de entre 10 y 20 metros de diámetro y que el polvo lunar vuele a cientos de kilómetros de la superficie estéril y llena de cicatrices. 

A finales de enero de 2022, Bill Gray (astrónomo independiente y creador de un software para monitorear objetos cercanos a la Tierra) rastreó la caótica ruta de una etapa de cohete en trayectoria de colisión con la Luna.

Al analizar el origen del objeto, el astrónomo explicó que se trataba de una de las dos etapas de un cohete Falcon 9, propiedad de SpaceX, que fue lanzado en febrero de 2015 para poner en órbita un satélite para observar el clima, propiedad de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica.

Sin embargo, después de recibir una serie de observaciones de Jon Giorgini del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL-NASA), Gray comprendió que estaba en un error. 

Con los nuevos datos, el astrónomo corrigió su primer cálculo y dio a conocer que el objeto en ruta de colisión a la Luna no se trataba de un cohete de SpaceX: en su lugar, los datos indican son los restos de un Long March 3C, un cohete chino que se encargó de lanzar la misión lunar no tripulada Chang’e 5-T1 de la Administración Espacial Nacional China (CNSA).

Al conocer la noticia, Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, negó que se tratara de la etapa de un cohete lanzado por la CNSA y explicó que explicó que las políticas de exploración espacial del país se ajustaban a los tratados internacionales, de modo que los restos del Long March 3C se habían monitoreado desde su lanzamiento en octubre de 2014 y habían reingresado a la atmósfera terrestre sin mayor problema.

Desde entonces, la procedencia del cohete que se estrellará contra la Luna este viernes se mantiene como una incógnita, ante una indignación creciente sobre la contaminación provocada por la basura espacial y la laxa legislación al respecto.