Esta Copa del Mundo es la primera en la que las pelotas de Adidas incorporan un microchip que combina diferentes tecnologías de traqueo para ayudar al VAR y recolectar métricas. El microchip pesa tan solo 14 gramos y está diseñado por la empresa Kinexon, que dotó a este instrumento de dos sensores diferentes, el UWB, que recoge datos posicionales de la pelota y el IMU, que registra sus movimientos en tres dimensiones.

¿Y qué pasa cuando la pelota sale de la cancha o se va a una tribuna y hay que reemplazarla? Nada, Kinexon tiene controlada esta situación y la actualización a la nueva pelota es automática, sin necesidad de intervención humana. El sensor, localizado en el centro de la pelota, permite también recoger los datos sensoriales y acústicos del cuero. La tecnología IMU, mencionada anteriormente, es capaz de recoger hasta 500 frames por segundo.

En las últimas se filtraron en redes varias imágenes de cómo se prepara un encuentro, con varias pelotas colocadas enfrente de una zapatilla eléctrica mientras se cargaban. Imagen inédita porque nunca en la historia de los Mundiales las pelotas necesitaron cargarse. La batería del cuero puede durar desde las 7 horas en juego hasta las 18 en reposo.

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