Diego levantó la Copa en el DF. En Roma estuvo tan cerca que terminó llorando de bronca e impotencia, mientras festejaban los alemanes y de reojo lo miraba a Codesal. En Boston, aquella enfermera rubia lo llevó de la mano al cadalzo y se perdió la chance de pelear por otro título dentro de la cancha. Unos cuantos años después en Sudáfrica, con barba blanca y elegante saco gris, le daba consejos como DT a Messi, que tenía la 10 que había sido suya. Pero ahí tampoco se pudo. Fue 0-4 en cuartos y regreso a casa. Ese fue el último capítulo de Maradona con la selección. Y cuando más cerca estuvimos de volver a traer la Copa fue en el mundial siguiente, cuando en el banco estaba Sabella.  

Las historias de Alejandro “Pachorra” Sabella y Diego, que marcaron el camino en los mundiales de 2010 y 2014 como técnicos de la celeste y blanca, están marcadas por rarezas. Antes en la selección, como jugadores, podrían haber jugado juntos, pero no llegaron a coincidir. Porque Bilardo empezó haciendo convocatorias a jugadores del medio local en el ‘83, cuando Maradona estaba en España. Y porque había varios más peleando el puesto de volante creativo. Finalmente en las Eliminatorias y en México, las plazas como relevos del 10 y capitán, serían para Bochini y Tapia. 

Y la particularidad de sus historias cruzadas no puede obviar lo que pasó en 1978, cuando después del Mundial en Argentina, el Sheffield United de la segunda división inglesa vino a buscar a Maradona, que ya brillaba en Argentinos Juniors. Se llegó a firmar un precontrato para un pase por 400 mil libras, por su pase y el de Carlitos Fren, que jugaba también en el Bicho y que años más tarde sería su compañero como DT en Mandiyú y Racing. 

No era la millonada que valdría años después el Pelusa, ni las cifras siderales que se pagan hoy por los pases, pero se trataba de un buen número para la época. Y para un jugador que todavía era una promesa, como Diego, podía significar la llegada al fútbol europeo. Pero sus agentes Maradona terminaron pidiendo más plata y el Sheffield desistió de la operación. Finalmente, optaron por Sabella, otra joven figura que recién aparecía en River. “Pachorra” hizo buena carrera en Inglaterra y volvería un par de años después al fútbol local, para romperla y salir campeón en el Estudiantes de Bilardo. Diego, tras descartar aquel pase, se iría al exterior recién en el 82, pero no a la Premier sino al Barsa. 

Nunca sabremos qué hubiera sido de la carrera de Diego si ese pase al Sheffield que al final fue para Sabella, se concretaba. De haber sido ídolo en el elegante fútbol inglés, no habría despertado quizás las pasiones que estallaron en Nápoles. 

Lo cierto es que ahora las historias de Maradona y Sabella parecen estar cerca de cruzarse, nuevamente. Uno murió ayer, para terminar de convertirse en un mito eterno. Y pocas horas después, el que vuelve a pelear por su vida es Sabella. Al 10 de Fiorito, la parca lo encontró durmiendo y no llegó a gambetearla. Y ahora, desde el tablón, hacemos fuerza con Pachorra, internado de urgencia en una clínica porteña, para ver si puede hacerle algún caño a la muerte y salir jugando.