En la zona sur de Rosario y casi en el límite de Tablada, Claudia tiene una forrajería muy bien provista. Está sobre Grandoli al 4000, pocos metros antes del cruce con Uriburu. Vende desde escobillones hasta artículos de ferretería y es habitual ver a su dueña parada en la vereda, esperando la llegada de algún cliente y saludando a quienes pasan. En la vidriera, tiene pegado un cartel que indica los nuevos recorridos de los colectivos a partir de la semana que viene. Ella fue una de las que se movilizó para pedirle a la Municipalidad que el barrio no quede aislado por el nuevo esquema para el transporte público que había diseñado el Ente de la Movilidad.

Su reclamo fue escuchado. Y a pedido de los vecinos, se modificará el recorrido de las líneas 106 y 144, para que puedan llegar hasta el centro y el Saladillo, para que no tengan que caminar tantas cuadras hasta encontrar una parada. Con la satisfacción de la batalla ganada, le contó a RosarioPlus : “Había mucha gente que se quedaba sin posibilidad de ir a trabajar. Esta zona además es muy peligrosa. Pero nos juntamos, conseguimos firmas y se logró el cambio ”.

Tras el conflicto por el transporte, vecinos del sur piden seguridad y trabajo

A pocos metros del negocio de Claudia está la Plaza de la Resistencia, un bastión histórico peronista que popularizó una pintada después del golpe militar de 1955: “Los yanquis y los rusos reconocen a la Fusiladora, Villa Manuelita no”. Casi 70 años después, la leyenda sobrevive con un graffiti sobre un portón blanco. “No es de aquella época, cada tanto lo volvemos a hacer, pero se lo respeta. Acá los pibes si se cruzan para pintar de Central o de Ñuls, saben que a esa no se lo toca. Hay códigos, fundamentalmente sobre Grandoli, porque ya si te metés para adentro, se fue complicando la cosa con el tiempo ”, dice Germán Gago, de la Vecinal 22 de Julio. 

Tras el conflicto por el transporte, vecinos del sur piden seguridad y trabajo

Germán es 'malvinero', clase 62. “Hice todo lo posible para zafar de la colimba, acá en el 121. Cuando me tocó la revisación me puse un chicle en el pecho para ver si me salía una mancha en el pulmón, en esa época éramos mayoría de los que no queríamos hacer el servicio militar. Pero cuando fue la guerra, me ofrecí como voluntario. Soy parte de los veteranos continentales, los que no llegamos a cruzar a las islas para combatir. Ahora con la pandemia, con muchos compañeros de Malvinas, estuvimos colaborando en la asistencia de los vecinos más necesitados. Y soy maradoniano, además ”. 

Dentro de la Vecinal, hay un cuadrito fileteado con la cara de Maradona y un enorme mapa de las islas. También hay varios carteles que promocionan los servicios que se ofrecen, como el de peluquería a 150 pesos. Ahora es media mañana y se saca una mesita de chapa a la vereda, para ir repartiendo a los vecinos una fotocopia con el recorrido que hará el 106 y el 144 a partir del lunes 25 de enero.

Uno de los que se queda es "Coco", que además de opinar sobre los colectivos, baja un poco de línea sobre política. Se lo nota enojado con la gestión de Alberto Fernández, porque no controla los precios. "No se está peleando con los poderosos y así no es un gobierno peronista. Le estamos dando tiempo, pero yo me acuerdo cuando pasó algo así con los especuladores en el primer gobierno de Perón. Iban y se lo clausuraban al negocio, qué tanta joda". Con más de 70 años vividos, "Coco" atravesó la primera etapa del peronismo de niño y todavía recuerda cómo cambió la zona sur en ese tiempo. "Había fábricas, trabajo, un montón de obras que se hicieron". Después, fue parte de la resistencia. "El Viejo nos mandaba las cintas que nos juntábamos a escuchar en alguna casa a escondidas. Todo clandestino".

La colorida remera de Coco, militante de la resistencia peronista del 55 al 73.
La colorida remera de Coco, militante de la resistencia peronista del 55 al 73.

Cuenta Germán: “A nosotros nos empezaron a llegar unos PDF con los cambios en el transporte. Cuando los analizamos con los vecinos, nos dimos cuenta que si sacaban el 146, perdíamos conexión con el Saladillo, que es la zona de pesca y de los frigoríficos, también con la zona norte. Además, al tener el 144 como única opción, no podíamos llegar al centro, porque lo bordea por Pellegrini. O sea, lo más cerca que quedábamos del centro era bajarnos ahí en Avenida Pellegrini y caminar".

Walter es otro integrante de la Vecinal. Y fue quien más estudió la propuesta que había hecho el Ente de la Movilidad municipal. Ahora cuenta a RosarioPlus: “A las líneas que pasaban cerca, se las unifica. Esto de las troncales es la idea principal del nuevo esquema, para garantizar con menos coches la misma cantidad de pasajeros. Ellos hacen la cuenta que con 430 colectivos circulando, pueden ofrecer lo mismo que hacen hoy con 600. Pero no es lo mismo hacer caminar a la gente cuatro cuadras en el centro, que acá en la zona sur. Y si tienen que poner más coches para que haya mejor frecuencia, nos dicen que aumentaría todavía más el precio del boleto, que ya a 45 pesos es difícil pagarlo ”.

El vecino fue uno de los autores de la propuesta que le llegó a Pablo Javkin y Eva Jokanovich, que finalmente fue aceptada: “Nos sorprendió que hayan recibido nuestras ideas. Está claro que no es la solución, es un parche. Pero valoramos la honestidad, porque en estas reuniones con nosotros y gente de otros barrios, los funcionarios siempre nos dijeron que esto es un recorte, no lo promocionaron como algo positivo. Según explicaron, es lo que se podía hacer en la emergencia, para que el sistema de transporte siga en pie y no quiebre. Lo que conseguimos es que el 106, que había quedado por Necochea, pase por Grandoli y nos lleve hasta el centro por San Martín. Ahí recuperamos una conexión histórica que habíamos perdido cuando se sacó la línea 147. Y vamos a estar conectados con calle Santa Fe, o con una zona que le viene bien a los comerciantes para ir a buscar mercadería, como es calle San Luis".

En la vecinal, coinciden en una lectura sobre el conflicto que tuvo la Municipalidad en estos primeros días del año. "Se podría decir que desde los barrios aportamos a la gobernabilidad, porque en lugar de oponernos ciegamente, llevamos proyectos alternativos. Esperemos que ahora para otras necesidades que vayan surgiendo, también se nos escuche. A una de las personas que se reunió con nosotros le dijimos, con respeto, que probara de bajarse del colectivo a la noche y caminar cinco cuadras más. Terminaron entendiendo y modificando el esquema original ", le dicen a este medio.

Los vecinos leyendo los carteles sobre los nuevos recorridos.
Los vecinos leyendo los carteles sobre los nuevos recorridos.

Para el final, RosarioPlus pregunta en el barrio qué pedirían al intendente, al gobernador o al presidente si un día cualquiera se aparecieran por Villa Manuelita: “En el barrio tenemos treinta años de atraso, o más. La avenida Grandoli inauguró el pavimento para el mundial 78. Y de ahí en más, la última obra grande que se hizo por acá debe haber sido el Plan Abre, por calle Colón, que quedó por la mitad. Si vas a ver, hay calles cortadas llenas de aludes de tierra y casas a medio terminar. Falta de todo ”, dice Germán. Y ahora es el turno de Claudia, que piensa unos segundos y responde: “Pediría seguridad. El barrio se puso feo, hay mucha delincuencia. Cuando estaba el paro de los colectivos, la gente compraba bici para ir a laburar y se la robaban. Y falta trabajo también. Mi hijo terminó la secundaria, tira currículum por todos lados y no consigue nada ”.

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