¿Es factible pensar una alianza entre las nuevas tecnologías y los trabajadores organizados? La tecnificación en productos y servicios, más la irrupción de la Inteligencia Artificial  (AI), demanda nuevas habilidades en el mundo del trabajo, pero también pone en debate el lugar que deberán ocupar en este cambio la dirigencias sindicales. La reconversión ya comenzó en muchas ramas y son estas, organizaciones fundamentales para que no se pierdan puestos de trabajo ni derechos  y los trabajadores logren acceder a capacitaciones que les permitan estar a la vanguardia en la aplicación estas tecnologías.

Según publica en un artículo el abogado laboralista Juan Manuel Ottaviano, el impacto actual del desarrollo de la inteligencia artificial “está ligado a las reformas neoliberales”, que implican descentralización productiva, precariedad laboral y una distribución desigual tanto de la fuerza como de los frutos del trabajo. Más allá de los debates en torno del desempleo tecnológico, “el discurso agorero del fin del trabajo, verdadero o falso, pierde de vista el impacto real que la inteligencia artificial tiene sobre las condiciones de trabajo y los derechos laborales involucrados”.

El letrado afirma además que “el ritmo de desarrollo de la automatización de la organización del trabajo estuvo determinado, hasta entrada la década de 1990, por los avances y el perfeccionamiento de máquinas físicas integradas al proceso de producción. La industria automotriz –estandarte de la organización del trabajo en el siglo xx– incorporó rápidamente los brazos mecánicos en el armado y ensamblaje de automóviles”.

“Aún hoy, en el marcador de la motricidad fina, la biología gana el partido por goleada contra la artificialidad cuando no hay mecánica que pueda reproducir la multifuncionalidad de una rodilla para subir una escalera. Por el contrario, si bien en los últimos años la motricidad robótica encontró obstáculos en su desarrollo, la inteligencia artificial creció sin límites y de manera exponencial”, dice y agrega que se conocen los límites de la robótica, pero no los del aprendizaje artificial.

El futuro del trabajo

En todo proceso de recambio existen oportunidades y, más allá de los temores, los gremios deberán afrontar este nuevo esquema en el mundo del trabajo con vivacidad. En esta materia las empresas vienen ganado la carrera, pero algunos referentes gremiales entendieron que desde capacitar y estudiar este tipo de fenómeno se puede seguir protegiendo derechos laborales.

No todo está perdido aún y existen algunas respuestas para lo que vendrá. Más allá de los sindicatos, los Estados juegan un papel fundamental en este designio. Organizaciones como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Europea consideraron a la intervención de la IA en los sistemas de trabajo como de “alto riesgo” por la violación que estos algoritmos pueden hacer a los derechos humanos fundamentales.

Sebastián Ferro, secretario de cultura de la Asociación Empleados de Comercio de Rosario (AEC), salió semanas atrás a denunciar por la prensa a la cadena francesa de supermercados Carrefour, quien en su recambio tecnológico puso a prueba cajeros robots en una de sus sucursales en la ciudad de Rosario. En ese momento alertaron sobre un proceso de reducción de personal, hasta la mitad de la dimensión que contaba la década pasada.

En ese caso, no vinculado al uso de IA, más bien en intervención técnica que hace el trabajo humano, es donde aparece la incertidumbre de los trabajadores, quienes se sienten desplazados por la máquina, como ya sucedió en otros momentos de la historia y no saben bien si formarán parte de un posible recambio de tareas.  

Denuncian a un supermercado que en Rosario reemplaza empleados por cajeros robot

“Los cajeros robots son un nuevo embate y siguen con la teoría de maximizar las ganancias reduciendo el personal, lo dice el mismo fabricante del software que maneja estas cajas. Yo creo que en última instancia uno termina haciéndose una pregunta como dirigente y trabajador: Si estas tecnologías y la IA vienen a beneficiar a la humanidad o el único fin que tienen es maximizar ganancias a los empresarios”, razona el referente de AEC en dialogo con Rosarioplus.com.

Después, desde allí, agrega: “Podemos discutir muchas cosas en cuanto a la tecnología, que de por si sirve para muchas cosas y beneficia a la humanidad”, piensa Ferro que es pesimista y dice: “La técnica avanza y creo que esta es la primera vez que un cambio en el trabajo en vez de requerir mayor mano de obra la expulsa”.

Gerardo Pazzaglia, secretario de prensa Sitratel, el gremio de los telefónicos,  tiene una visión más optimista, pero deja en claro de manera rotunda que toda reconversión se debe hacer de la mano de los trabajadores. “En nuestro rubro hubo distintas tareas que se reconvirtieron, y  no se perdieron puestos de trabajo. Nuestro gremio acompaña al desarrollo tecnológico y en mucho sentido se pone a la vanguardia con los empresarios, en espacios donde no hay acceso a las tecnologías de la información y la comunicación y los ciudadanos no acceden a los servicios que les corresponden”.

Asimismo indica, en estas nuevas conformación del trabajo, que es necesario discutir quién se queda con esa renta extra que generan los avances tecnológicos porque con “estos nuevos usos aumenta notablemente la productividad, como ejemplo: hoy un telefónico en ocho horas produce el doble de lo que hacía 20 años atrás”.

Por su parte, Matias Layús, dirigente de La Bancaria, dice que el avance de la tecnología en la actividad financiera es indudable y se aceleró mucho más durante la pandemia, cuando se implementaron los trabajos a distancia. En esta rama uno de los puestos más perjudicados fue el de los cajeros de sucursales. “Hoy hay un sinfín de herramientas y aplicaciones para hacer operaciones bancarias, además de la gran cantidad de cajeros automáticos”, aporta en ese sentido.

Luego añade que paralelamente a estos cambios proliferaron otras actividades dentro del mundo bancario como la atención telefónica, donde muchos trabajadores que antes hacían otras tareas se ubicaron. “La función que los gremios deben tomar es capacitar para no quedar fuera de la reconversión y, de esa forma, no perder puestos de trabajo. Esta situación no es nueva, pero si se da con una velocidad mayor. En la década del 90 hubo una reconversión a la bancarización que hoy ir para atrás es impensado”, adujo finalmente.