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Los productos de la economía popular pueden hacerse un lugar en las grandes cadenas de supermercados si prospera un proyecto presentado en el Concejo Municipal. La iniciativa pretende darle un espacio exclusivo a cooperativas, empresas recuperadas, emprendimientos familiares y otras experiencias de autoempleo para que puedan comercializar a la par de las marcas consagradas.

El edil Eduardo Toniolli, autor del proyecto, señaló que la idea es “fortalecer experiencias productivas, fundamentalmente de alimentos y bebidas, que no suelen acceder a los grandes canales de venta, mejorando su posibilidades de comercialización”, y agregó que “en el contexto económico recesivo que atraviesa el país es necesario que los gobiernos locales tomen medidas para paliar las consecuencias sociales” y que “alentar a las micro empresas y a organizaciones de la economía social sería un aporte enorme del Municipio en ese sentido”.

Los canales de comercialización masivos (tipificados en la Ley Provincial 12069 como grandes superficies comerciales) deberán disponer de góndolas para productos regionales y señalarlas correctamente, según plantea la ordenanza. Además, el proyecto propone crear un Registro de Unidades Productivas Populares que sirva como padrón de proveedores habilitados para que supermercados, hipermercados y megamercados puedan acoplarse a la normativa.

Por otra parte, se exige a las grandes cadenas “que se abstengan de imponer a los proveedores de la economía popular requisitos habituales para los grandes productores de alimentos y bebidas que redundarían en la imposibilidad fáctica de cumplimiento de la norma”.

Cada vez son más los rosarinos que eligen darle la espalda al supermercado. Opciones como el Mercado Popular que funciona en La Toma, y la Misión Antiinflación que promueve Ciudad Futura, son algunas de las alternativas al sistema de compras “tradicional”.