Veredas rotas, en mal estado, con pozos, desniveles y hasta arreglos inconclusos que dejan empresas prestadoras de servicios como Aguas Santafesinas (Assa) o la Empresa Provincial de la Energía (EPE), forman parte de una postal urbana que se repite en el centro y en la mayoría de los barrios de Rosario.

Sin ir más lejos, recientemente la Municipalidad de Rosario renovó el programa de esfuerzo compartido para el arreglo de veredas. El municipio se hace cargo de la mano de obra y el vecino frentista de los gastos en materiales. 

Los últimos fallos de la Justicia ponen en el municipio el deber de asegurar el tránsito por la vía pública y sin riesgos para peatones, debiendo controlar que calles y las aceras permanezcan en condiciones tales que las personas puedan transitar por ellas sin peligro, así como adoptar las medidas de prevención de riesgos de accidentes de quienes circulan por la ciudad, en especial la señalización o reparación de obstáculos presentes, resultando objetivamente responsable de los daños que se produzcan como consecuencia de tal omisión.

Sin embargo, en la mayoría de los casos donde se producen accidentes con daños físicos para los peatones, las acciones judiciales van contra el municipio y el vecino frentista. Para el doctor Sebastián Farina, es un tema ciertamente complicado. “El deber primario de tener en condiciones la vía pública es del Estado, en este caso de la Municipalidad de Rosario. La figura que pone al vecino frentista como corresponsable viene desde hace años y pone en ellos la responsabilidad de custodia de la acera”.

Para evitar conflictos a futuro y problemas legales, Sebastián Farina sugirió hacer la denuncia ante la existencia de pozos, fisuras y/o roturas de la vereda por cualquier motivo. “Hablamos de arreglos más hechos por las empresas prestadoras de servicios, raíces que rompen la vereda, desniveles, etc. El vecino debe denunciarlo ante el municipio, si es por escrito con el patrocinio de un letrado mejor. Porque hay casos donde los jueces extienden la responsabilidad del municipio al frentista. Todos los casos son distintos, no hay instancias automáticas, pero para evitar problemas es conveniente estar atentos”, describió Farina.

Los casos donde se llega a juicio por daños son, por supuesto, los que aportan la mayor cantidad de pruebas. “La recomendación es hacer siempre la denuncia al municipio y adoptar medidas para que ningún peatón se lastime. La ciudad debe fiscalizar, de manera periódica, el estado de conservación de las veredas y, en caso que correspondiera, tiene que intimar al titular, guardián del inmueble y/o a la administración del consorcio (cuando se trate de un inmueble afectado al régimen de propiedad horizontal) para su construcción, reparación o reconstrucción en un plazo determinado”, concluyó el abogado.