En tiempos de pandemia, la ciudad se llenó de verdulerías. Hubo locales comerciales de otros rubros que agregaron cajones con naranjas, manzanas o tomates. Algún otro probó suerte en la ventana de su casa, como siempre había pasado con los kioscos en tiempos de crisis. Pero contrariamente a lo que dirían las leyes más básicas de la economía, la sensación es que a pesar de tener mayor cantidad de oferta, no bajaron los precios. Rosarioplus.com  Sí 98.9 se preguntaron entonces qué conviene comprar por estos días para ayudar a que rinda mejor la billetera.

“Ahora lo mejor es el zapallito, que bajó mucho. El tomate también va a empezar a bajar, como siempre con la llegada del calor. De fruta puede ser la banana y está arrancando la sandía. Acá la podés conseguir a 30 pesos el kilo, pero no para llevar media sandía, ese es precio mayorista. Y después, hay productos que están saliendo por una cuestión de dietas o cosas así, como la palta o el jenjibre, que por estar de moda y haber poca cantidad tienen un precio muy alto”, le dijo Luis, de Frutas Auri, al móvil de la radio. Y contó que empieza su rutina a las 4 de la madrugada, porque un rato después a las 6 de la mañana es cuando hay más movimiento. Tiene 27 años y desde muy chico empezó a acompañar a su padre, que se inició en la actividad en 1971. 

En la Argentina, el grueso de la comercialización de los alimentos se viene concentrando desde los ‘90 en las grandes cadenas de supermercados. En esas góndolas, suelen estar todos los productos, sin distinción de la época del año. Y así se fue dando otro fenómeno, que cambió las pautas de consumo e incide sobre precio de frutas y verduras. Lo explica de nuevo Juan, de Frutas Auri, uno de los puestos del Mercado: “Antes  se sabía que a las frutas había que comerlas según la estación. Pero la costumbre de tener todo el año cualquier cosa, llevó a ofrecer productos de cámara o de regiones que vienen con un precio más caro. El tomate, por ejemplo, ahora está todo el año. Pero el que teníamos hasta hace 15 días era el correntino o ahora entró el de La Plata, que no producen tanto. Entonces, al haber poco, tienen valor más alto. Lo que va a pasar con la llegada del calor, que es lo que pasó siempre, es que va a haber más cantidad. Habría que acostumbrarse a consumir más lo que es más fresco”. 

Patricio Peralta es junto a su hermano el dueño de otro puesto de mucha referencia en el Mercado. Y lo explicó así: “Todas las manzanas que comemos durante el año, se cosechan en sólo 15 días de marzo. Y se guarda en cámaras con atmósfera controlada, que hacen que la fruta no se ponga fea. Eso tiene un costo que se termina trasladando al precio final. Igual, siempre digo que la clave para vender bien, primero es saber comprar. Yo tengo ahora una manzana de Río Negro, de buen color y muy sabrosa, que sale la mitad de otras que están ofreciendo. Y así vas viendo. El limón nacional, por ejemplo, que es el tucumano, ahora compite con el chileno. Que por ahí algunos lo buscan porque es más lindo para exhibir, pero el precio no se justifica. Una caja acá de ese limón te puede salir 1.900 pesos y la misma fruta un poco más chica, pero de excelente calidad, la misma caja puede estar en 800 pesos”. 

Otro que contó su experiencia es Juan Sulgati, gerente del Mercado: “Nosotros acá notamos en estos meses que apareció mucha gente que nunca había venido a comprar. Por ahí con 30 mil pesos de inversión inicial, hubo muchos que se armaron una verdulería. En algunos casos, por ahí más en el centro, le pusieron un pizarrón con letras bien diseñadas o una cuenta de Instagram y se presentaron como una verdulería boutique. Pero en la mayoría de los casos, no tienen productos especiales. Es la misma lechuga, pero con mucho firulete encima. Y eso lleva el precio para arriba. Yo tengo muchos años en esto y siempre digo que hay que caminar y saber comprar, tanto acá en el Mercado que vienen los verduleros, como también en la calle los clientes".

En el Mercado de Productores plantearon -con razón- que las verdulerías son noticia cuando algún producto sube mucho, pero nunca cuando baja. Y ponen de ejemplo al zapallito, que valía 800 pesos el cajón hasta la semana pasada, pero ahora ya bajó a la mitad porque entró más producción. Joaquín Sabina le diría al noble zapallito, que tanta ductilidad muestra para revueltos y tortillas: “En los diarios, cuando bajas, no hablan de tí”.