Una inusitada historia de represalia extrema por un asunto que debería haberse discutido en la Justicia laboral, pero que acabó en balazos y amenazas de muerte. Eso se ventiló en una audiencia imputativa este viernes en el Centro de Justicia Penal, en la que un hombre quedó acusado de haber reprochado con plomo el monto de indemnización que le abonaron a su madre luego de dejar de trabajar en esa casa, al cuidado de un hombre con una discapacidad física. El blanco del ataque fue una familia de Iriondo al 1000, a la vuelta de la comisaría 6ª. Ocurrió el domingo a la noche, y la policía arrestó el lunes al presunto autor, en su casa de zona oeste. 

Al parecer, la mujer que cuidaba a un hombre con hemiplejia habría comunicado a la familia empleadora que dejaría de trabajar debido a un problema suyo de salud. Entonces el matrimonio que la había contratado formalizó por vía legal ante el Ministerio de Trabajo la desvinculación laboral y acordó un monto de indemnización.

La primera repercusión vino en forma de una amenaza telefónica. Una voz al otro lado le reprochaba a la familia amenazada que el dinero de la indemnización acordada era insuficiente, y que él tenía llave de la vivienda, en tono amenazante.

Entre la noche del domingo y la madrugada del lunes, alguien baleó el frente de la casa familiar, allí en Echesortu. Más tarde, un nuevo llamado anónimo y la misma voz masculina que prometía volver a balear la casa y a miembros de la familia.

Los amenazados radicaron la denuncia, y la policía encontró este miércoles al principal sospechoso, Rubén F., en su domicilio de Pedro Lino Funes al 1700. Hoy el fiscal Paulo Socca lo imputó por abuso de armas y amenazas.