Rocío y Milena Moreno, del barrio Tablada, estaban tomando algo con dos amigos varones. Era sábado por la noche, pero no había planes de salida. Es que desde el inicio de la pandemia, la noche cambió para adolescentes y jóvenes, sin boliches ni bares que abran hasta muy tarde. En ese contexto, una de las hermanas recibe la invitación de un pibe con el que estaba chateando, para que vayan los cuatro a una "clande" en Ayacucho y Centeno. Dudan, pero finalmente van a la fiesta. Y antes de ingresar, Rocío es interceptada por balazos que disparan desde una moto. Unos minutos después, había muerto. El hecho se produjo el último fin de semana y este jueves fue narrado por su familia, en las escalinatas de Tribunales, adonde fueron a pedir justicia.  

Rocío tenía 20 años. Y un hijo de un año y cinco meses, que ahora quedó sin su mamá y estuvo también en los Tribunales, junto a sus abuelos, su tía y amigos de la familia. Milena, la hermana de la joven asesinada, relata en diálogo con el móvil de la Sí 98.9: "Ella esa noche se estaba hablando con un chico por Whatsapp, que le dice que estaba en una clande y nos invitaba a que fuéramos ahí. Nosotras estábamos con dos chicos y al principio dijimos de no ir. Pero al final nos convencimos y fuimos. Era por Ayacucho y Centeno. Cuando queríamos llegar, nos perdimos y tuvimos que dar una vuelta hasta que pudimos encontrar el lugar. Estaba lleno de chicos en la vereda. Cuando Rocío se baja, se escuchan los ruidos que al principio pensé que era un problema con la moto por cómo sonaba, pero no, eran disparos". 

La escena continúa: "Cuando miro a mi alrededor, estaban todos los chicos tirados al suelo. Y me quiero ir. Le digo a Rocío que se suba a la moto y alcanza a subirse, yo no sabía que le habían pegado a ella. Al llegar a la esquina, se cae de la moto y ahí me doy cuenta que estaba sangrando. Se acercan algunos chicos a ayudarnos y llamamos la ambulancia, que cuando llega nos empieza a preguntar un montón de cosas y no nos llevaba. Al final, nos termina llevando un auto al Hospital Roque Sáenz Peña. Ahí la atienden rápido, pero a la media hora nos dicen que ya no se podía hacer nada". 

Milena cuenta finalmente, con lágrimas en los ojos: "Ella no tenía problemas con nadie. Queremos que esos hijos de puta paguen lo que hicieron. A mi hermana no me la van a devolver, pero queremos que se haga justicia. Llegamos ahí porque nos habían invitado. Pero yo no conocía al dueño de la casa".

Sin experiencia en reclamos judiciales

"No tenemos experiencia en estos temas judiciales, nunca estuvimos metidos en nada. Mi hija ni tabaco fumaba. Con el padre de ella trabajamos siempre para criarla a ella y nuestros otros cuatro hijos, para que nunca les falte nada, que sean buenas personas. Y ahora dejaron a mi nieto sin su mamá, marcaron su vida para siempre, marcaron la de toda la familia. Quiero justicia. Mi hija quiso divertirse un ratito y terminó en un cajón cuando tiraron al azar, la mataron como a un perro", se lamenta la madre de la nena asesinada, mientras llora desconsoladamente en la puerta de los Tribunales.

Tweet de Rodrigo Miró

El hecho de no haber tenido antes experiencias similares, ni estar involucrados en casos policiales, hizo que los familiares de Rocío se convoquen allí, frente al edificio de Balcarce y Pellegrini. Pero en Tribunales provinciales no había radicada causa alguna por el crimen en barrio Tablada y el lugar al que debían ir era el Centro de Justicia Penal, donde trabaja el Ministerio Público de la Acusación. Es que hasta hoy, nadie de Fiscalía se había comunicado aún con la familia. Luego del mediodía -con ayuda del grupo de periodistas que tomó contacto con la historia- los Moreno llegaron al CJP para que le tome testimonio a Milena la fiscal Georgina Pairola, de la Unidad de Homicidios Dolosos, que ahora deberá seguir la investigación en búsqueda de los responsables. Todo lo que se sabe es que las personas que dispararon iban "en una moto blanca", según relató la hermana de la víctima. 

El doloroso testimonio de la familia de Rocío Romano, asesinada el fin de semana