La investigación por la espectacular fuga de la cárcel de Piñero, en junio pasado, avanza a paso firme y sigue sumando pruebas con el paso del tiempo. Esta semana, el resultado de un dermotest, pedido por la Fiscalía, reforzó la hipótesis de que los evadidos tenían armas de fuego en su poder.

"Hemos avanzado muchísimo, formalmente ya hemos imputado, y están todos en prisión preventiva, a los siete recapturados y las personas que ingresaron ese día al penal", comentó el fiscal Franco Carbone, quién junto a Matías Edery investiga la fuga de la Unidad Penitenciaria Nº 11.

De las personas involucradas en la huida se encuentran prófugos Claudio Mansilla, un delincuente relacionado con venta de drogas y hechos violentos que se escapó de la cárcel el domingo 27 de junio, y un hombre que fue apuntado como uno de los autores materiales del hecho.

En tanto, sobre la investigación sobre el modus operandi de la fuga, Carbone indicó que el dermotest que la Fiscalía había solicitado sobre las manos de uno de los evadidos dio positivo y se convierte en una prueba para el caso.

"(Joel) Rojas, según lo que nosotros pensamos, disparó armas de fuego y claramente venía de estar encerrado en Piñero", señaló el funcionario judicial, en diálogo con el programa Vale Doble, y continuó: "La teoría que tiene la Fiscalía es que los internos, al menos dos de ellos, dispararon en su huida contra los centinelas o gariteros".

Tanto Rojas como Sergio Cañete fueron recapturados un día después de la fuga, en el barrio Cabin 9, de la ciudad de Pérez, mientras eran trasladados en el baúl de un auto.

Por último, el fiscal hizo referencia a la posible colaboración del personal de la cárcel con los detenidos: "No tenemos todavía ninguna de las evidencias para determinar eso pero es una de las pesquisas que estamos siguiendo".