La milicia extremista Estado Islámico reivindicó este lunes la autoría del "ataque suicida" que un joven sirio refugiado realizó el domingo en la ciudad de Ansbach, en el sudeste de Alemania, según un comunicado publicado en la agencia de noticias vinculada a este grupo radical, Amaq, poco después de que Berlín anunciara que el atacante había jurado lealtad al ISIS.

El gobierno alemán, aún inmerso en la conmoción causada por un nuevo posible atentado -el tercero en sólo una semana-, había informado que el joven sirio inmolado cerca de una fiesta durante la noche del domingo, había jurado lealtad al Estado Islámico (EI), lo que hace pensar que podría haber sido de "un ataque terrorista".

"En el celular del hombre se encontró un video con una amenaza en árabe en la que, según una traducción provisional, anuncia un atentado contra Alemania en nombre del Islam", anunció el ministro del Interior del estado alemán de Bavaria, Joachim Herrmann, en una conferencia de prensa, citada por la agencia de noticias EFE.

El funcionario además informó que el joven sirio, que también declaró su lealtad al líder de la milicia Estado Islámico, Abu Bakr al Baghdadi, juró "vengarse por la muerte de musulmanes" en el video. Además, encontraron que tenía seis perfiles de Facebook, dos celulares y varias tarjetas SIM. 

Apenas minutos después de conocerse este anuncio oficial, Amaq, una agencia de noticias vinculada al EI, publicó que el joven, a quien no identificó, era un "soldado" de esa milicia islamista. No dio detalles sobre el atacante ni sobre el atentado, como suele hacer al reivindicar la autoría de un atentado, según informó el sitio especializado SITE.

El domingo a la noche el joven detonó una bomba que llevaba encima en el centro de Ansbach, una pequeña ciudad del estado federado de Baviera, ubicada a unos 200 kilómetros de Munich y 40 de Nürenberg. La explosión ocurrió muy cerca de la entrada del festival de música al aire libre Ansbach Open 2016, un evento al que asistían unas 2.500 personas. Sólo murió él, pero 15 personas resultaron heridas. 

La Policía informó en otra conferencia de prensa que al allanar su cuarto en un albergue de refugiados en Ansbach encontraron materiales que "podrían ser utilizados para fabricar bombas", como un bidón de nafta, ácido clorhídrico, pilas, alambres y pequeñas piedras redondas y lisas.

La autopista, agregó la Policía, reveló también que el joven de 27 años tenía "heridas de guerra" en las piernas y pies, algo que no necesariamente indicaría que se trataba de un combatiente ya que muchos refugiados sirios se escapan de su país después de ser víctimas de bombardeos o quedar en medio del fuego cruzado de la guerra. 

El vocero del Ministerio de Interior, Tobias Platte, contó a la prensa que el joven que se inmoló en Ansbach había demandado asilo político en ese país europeo hace dos años, pocos después de llegar, escapando de la guerra en Siria. 
El gobierno había informado ayer que el joven sirio había intentado suicidarse en el pasado y que estaba en tratamiento psiquiátrico.

Por razones desconocidas, las autoridades alemanas negaron eventualmente su pedido de asilo político y ordenaron que fuera deportado a Bulgaria, el primer país de la Unión Europea (UE) en el que fue registrado, explicó Platte, en una conferencia de prensa.

Desde que llegó el joven sirio vivió en un albergue en Ansbach y, por razones que aún no reveló el gobierno alemán, su orden de expulsión a Bulgaria nunca fue ejecutada.  Platte, en cambio, sí explicó que los ciudadanos sirios a los que se les deniega una petición de asilo "en ningún caso" son expulsados en estos momentos a su país de origen, pero sí pueden ser devueltos a otros países europeos en los que fueron antes registrados.

Al mismo tiempo, Platte pidió cautela al público y a los medios de comunicación, y comprensión hacia un gobierno que "apenas pudo dormir" esta semana con la sucesión de ataques, que comenzó el lunes pasado cuando un joven refugiado afgano irrumpió en un tren con un hacha y continuó el viernes cuando un ciudadano alemán-iraní acribilló y masacró a nueve personas frente a un shopping en Munich. Platte destacó que las autoridades alemanas aún no han podido determinar con certeza que el suicidio del joven sirio ayer fue un atentado, como dio a entender ayer el titular del Ministerio del Interior de Baviera, Joachim Herrmann, poco después de la explosión. 

El miedo y la conmoción que provocaron esta serie de ataques y posibles atentados recalentaron el debate sobre la política de asilo político, ferozmente cuestionada en los últimos años por el crecimiento de un sentimiento xenófobo y una mayor popularidad de la extrema derecha -en Alemania, pero también en países vecinos. 

El clima social de tensión en Alemania comenzó a escalar el año pasado cuando el número de ataques xenófobos contra refugiados, inmigrantes y todos los símbolos referidos a ellos se multiplicaron como consecuencia de la llegada de alrededor de un millón de demandantes de asilo de Medio Oriente y África. 
Una de las primeras consecuencias del crecimiento del sentimiento xenófobo en Alemania, fue que el gobierno nacional -al igual que la mayoría de sus vecinos- comenzaron a cerrar sus fronteras a los recién llegados y a blindar los límites externos de la Unión Europea.