El padre Ibrahim Salameh es el párroco de la Iglesia Católica Bizantina San Jorge, de Moreno 1020. Nacido en la provincia de Homs, frente al Mediterráneo, en la República Árabe Siria hace 70 años, hace 37 llegó a la Argentina para arraigarse definitivamente. Conocedor de la amplia comunidad siria en el país, confía en que “las posibilidades de que Isis se instale en la Argentina son escasas”. Al mismo tiempo, reconoce que, pese a la lejanía, las noticias que llegan desde el país árabe “afectan” a los argentinos de origen sirio.

Hace pocos días, fuentes del Servicio de Inteligencia Argentino afirmaron a medios extranjeros que ya existe una célula activa del Estado Islámico (Isis) actuando desde hace algún tiempo en la provincia de Corrientes, en la zona fronteriza entre Argentina y Brasil. El lunes, en tanto, la web oficial de la Municipalidad de Resistencia, Chaco, fue hackeada con imágenes y mensajes de la temida organización terrorista, que proclamaban al islam como “la única religión”. Mientras los ataques terroristas se repiten como una plaga en diferentes ciudades de Europa, estos indicios alertan a los argentinos acerca del riesgo de que el país sea blanco de un atentado vinculado a la organización terrorista.

Sin embargo, Salameh le baja el tono a esos temores y confía en que “los islámicos de Argentina, los que nacieron aquí, fueron adaptándose a la vida nacional, adoptándola rápidamente”. Y explica: “La mayoría de los musulmanes sirios, libaneses, palestinos, se casaron con católicas de origen europeo en general, de manera que conservaron en cierta medida su religiosidad islámica, pero sin fanatismos”.

“Creo que los sirios e hijos de sirios que viven aquí en el país, que son mayoritariamente cristianos católicos, son los más pacifistas que puede haber en la población argentina”, afirma convencido el párroco de la Iglesia de calle Moreno al 1020.

Sin embargo, en sintonía con los especialistas en política internacional que alertan sobre el riesgo de los denominados “lobos solitarios”, Salameh advierte que la posibilidad de que Argentina sea víctima de ataques terroristas puede estar latente en “fracasados o con problemas psicológicos que ven una oportunidad como para ser noticia a nivel mundial, eso es lo que aterra un poco”.

El gobierno argentino indicó hace pocos meses que el país abría sus puertas a refugiados sirios que huyen de la larga guerra. El riesgo de que entre quienes buscan en el país una oportunidad para rehacer su vida se infiltren elementos relacionados con Estado Islámico es fuente de preocupación. “Todo es posible”, apunta Ibrahim, quien señala el caso de Alemania como “el país que más recibió a refugiados sirios, y tienen algunos infiltrados” de Isis.

En ese sentido, el párroco indicó que “el gobierno nacional debe estudiar muy bien qué clases de personas” son los refugiados y “por qué salen de ahí”. “No se trata de hacer anuncios brillantes de que vamos a recibir a 3 mil refugiados, hay que ver si conviene o no y quiénes son”, opinó.

Lejos pero cerca

El padre Salameh reconoce que el conflicto en Siria y los ataques de Isis “afectan a nivel sentimental” a la comunidad siria en Rosario. “Porque saben que sus orígenes están allá, pero ellos ya se arraigaron plena y definitivamente acá, quedan los sentimientos hacia sus antepasados, siempre añoran la paz y la tranquilidad y el fin de ese conflicto para la patria de sus abuelos”, concluyó.