Cuando el 24 de octubre a la madrugada alguien le acertó dos balazos al Bocha, y otros diez al auto que se aprestaba a guardar en un garaje de Presidente Quintana al 1600, todo quedó en un fallido y violento intento de robo contra este hombre que se desempeña como mozo en la reconocida parrilla Viejo Balcón, de Italia y Wheelwrigth. Para colmo, en esos días la opinión pública estaba sensible en cuanto a seguridad pública, luego del asesinato del arquitecto Joaquín Pérez en Arroyito. 

Pero la investigación dio un vuelco radical, y el trabajador gastronómico le agregó a su rol de víctima el de sospechoso de un aparente atentado contra su empleadora.

Fuentes de la Agencia de Investigación Criminal informaron que la hipótesis del intento de asalto al trabajador gastronómico "está descartada". Ningún ladrón descarga una docena de balas para un robo que no consuma. La información deslizada señaló que en el teléfono del hombre baleado surgieron indicios de que estaba en busca de contratar a un barrabrava de Newell's para atentar contra su empleadora, quien tendría parentesco con el presidente de la Bolsa de Comercio, Daniel Nassini. De los mismos mensajes habría surgido que el hombre retrocedió en ese plan y el sicario fue a por él.

Según el fiscal a cargo de la investigación, Matías Edery, el motivo del mozo para atacar a sus patrones era que apoyaban una lista gremial adversaria en la elección del Sindicato de Gastronómicos.

El Bocha, al parecer, pugnaba en la interna de ese sindicato con intenciones de postularse a elecciones y asumir la conducción del gremio, y es parte de la hipótesis de la investigación criminal.

El fiscal Edery, reveló este viernes: "Desde un principio nos llamó la atención la violencia para un caso en el que no le habían pedido el vehículo ni se lo habían llevado. Al acceder al teléfono celular del mozo atacado vislumbramos una situación que sostiene otra hipótesis diferente al robo. Hay una interna sindical sobre el lugar donde trabajaba, elección sobre la comisión interna y López participaba de esa cuestión, y vimos que había contratado a un sicario para atentar contra personas que son dueños de ese lugar".

"Para no descartar hipótesis, porque se hablaba de un robo, solicitamos el secuestro de los teléfonos. Allí pudimos conocer que la persona se postulaba junto a un compañero de trabajo al gremio de Gastronómicos. Se pudo dilucidar que estaban planeando un ataque a su empleadora. Se descarta el robo. Esta persona intentó contratar a un tercero para atentar contra los dueños del restaurante", marcó María Sol Sala, vocera de la AIC.