Las reclusas de la Unidad Penitenciaria Nº 5, que se ubicaba en los altos de la Comisaría 8º, fueron trasladadas a principio de año a la nueva cárcel de mujeres, en la Alcaidía Regional de Rosario de 27 de Febrero 7800, con la promesa de ocupar "una cárcel modelo". Sin embargo, con el paso de los meses, las detenidas comenzaron a tener los mismos problemas que antes, agravados por las medidas restrictivas del servicio penitenciario.

"Tenemos una política carcelaria de avanzada y resolvimos un problema que venía de años con la antigua cárcel de mujeres de calle Thedy", había asegurado el ministro de Seguridad de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, en la inauguración del Complejo Penitenciario de Rosario.

Por su parte, el gobernador Miguel Lifschitz había catalogado al edificio como "una cárcel modelo". “Con esta unidad que estamos inaugurando y con las obras que estamos haciendo con las otras unidades penitenciarias, podemos garantizar las condiciones de detención adecuadas que exigen las leyes vigentes y los pactos internacionales", remarcó en su día.

Las palabras de los funcionarios, en enero de 2018, difieren de la situación que describió esta semana la ONG Mujeres tras las rejas.

"Antes hacían la promesa de que se estaba construyendo una cárcel nueva; ahora que ya fueron trasladas tienen los mismos problemas que hace un tiempo", señaló Sofía Caldo, integrante de la organización sin fines de lucro que dicta talleres desde hace años en el Instituto de Recuperación de Mujeres.

La militante social comentó que las reclusas fueron trasladadas, a fines de enero, a la Alcaldía con el establecimiento sin terminar, y estuvieron encerradas hasta mitad de año en un sector que no contaba con agua potable.

"A pesar de que pasaron a los pabellones definitivos, las presas dependen de bidones para tomar agua potable", indicó Sofía. "En agosto, el agua de uso corriente tuvo problemas durante 20 días, y se habilitaba por dos horas diarias, en ese tiempo se tenían que bañar en cuatro duchas", criticó.

Otra problemática que advierten desde la ONG es el alimenticio. "Hay 4 personas para cocinarle a 400 personas (detenidos y personal), eso hace que la calidad del alimento sea peor", indicó. "Encima, la semana pasada no tenía gas para cocinar", agregó.

"La mayoría de las personas son de recursos bajos y no tienen a nadie afuera para que las provea de insumos de higiene personal y alimentos (solo hay dos comidas en el día)", comentó la militante.

Sobre la atención médica del Servicio Penitenciario, expresó: "Hay un solo médico para las 5 unidades, hay que anotarse en un cuadernito y esperar".

En el establecimiento de  27 de Febrero 7800 se encuentran alojadas entre 60 y 70, cifra que va "variando continuamente" por el ingreso y egreso de detenidas. "Hay un gran número de personas que están detenidas sin tener una condena firme", comentó. Además de las prisioneras del fuero provincial, en la Unidad Penitenciaria Nº 5 se sumaron internas del fuero federal. 

"A partir de la modificación las distintas leyes que hay en materia penal se ve un incremento exacerbado en la detención preventiva", señaló la referente de Mujeres tras las rejas y afirmó que "se extendió un poco más el promedio de edad de las detenidas por la incorporación de procesadas por delitos federales". 

Ser madre en prisión

En cuanto a la condiciones para alojar a mujeres con niño o que están transitando un embarazo, Sofía contó: "Hay 2 embarazadas y 4 chicas con niños. Están en un pabellón separado, es la única característica que se pensó diferente con respecto a la cárcel anterior". 

"Sólo hay un jueguito y una especie de salón amplio para recreación de los niños, per no hay personal especializado, y los nenes tienen que estar todo el tiempo con sus madres", explicó.

Los menores que permanecen con sus madres en la unidad reciben pañales y un menú especial.

Encierro sin perspectiva de género ni políticas de Derechos Humanos

"En la modificación de la normativa 24.660 (Ley de ejecución de la pena privativa de la libertad ) no hay una mirada con perspectiva de género", criticó Caldo y apuntó que la estructura y condiciones de la nueva cárcel de mujeres no es muy diferente al de los hombres.

En cuanto a las políticas de Derechos Humanos en condiciones de encierro, la integrante de Mujeres tras las rejas dijo: "El paradigma de la cárcel en Argentina se basaba en la reinserción social, con las últimos modificaciones eso fue más restrictivo".

"Cada vez hay más personas detenidas, por eso se inauguran más cárceles en Santa Fe. En los últimos 17 años, hay un aumento del 53 por ciento de las mujeres detenidas, contra un 19 de hombres", señaló y añadió: "Cada vez mayor encarcelamiento y sobre todo de mujeres".

"Lo que busca la nueva política de Estado es mantener a las personas el mayor tiempo encerrada, en una cárcel que no está pensada para que se reinserten", concluyó.

Pedido en el Concejo

En la comisión de Derechos Humanos del Concejo Municipal, la edila Celeste Lepratti, presentó un pedido de informe, dirigida al Ministerio de Seguridad por intermedio del Ejecutivo local, pidiendo detalles de las condiciones generales de alojamiento de mujeres detenidas en la Nueva Alcaidía Regional.