En el comienzo del juicio por el asesinato del entrenador Marcos Guenchul, la imputada Priscila Denoya fue la única de los tres imputados como coautores en declarar: aseguró no haber sabido anteriormente de una planificación del ataque criminal y precisó que su error fue no haber entregado al padre de la hija que por entonces gestaba.

Se trata del asesinato por encargo del personal trainer ocurrido el 23 de julio de 2019, en Sucre y Mendoza, a la salida del gimnasio donde él trabajaba. Las personas imputadas son su ex pareja y madre de su hija, Priscila Denoya, la pareja de esta, Santiago "Caio" Soso, y otro hombre como presunto ejecutor material del crimen, Maximiliano Panero.

Recordó Denoya el momento en que apareció Soso en su casa en la noche del 23 de julio tras el ataque a Guenchul: “Yo estaba con mi hija y mi padre en mi casa, y vino pálido a pedirme que lo lleve con el auto a un hombre hasta Villa Gobernador Gálvez, y en el auto casi no hablamos. Cuando me entero al día siguiente que Marcos estaba herido en el hospital me enojé y lo eché. Fui egoísta y entiendo que la Fiscalía y la sociedad piensen que yo debía entregar al papá de mi hija, de quien estoy enamorada, por haber matado al padre de mi otra hija. Fui egoísta, yo quería no volver a criar a mis hijas en soledad nuevamente. De lo que omití hacer me hago responsable, lo acepto y voy a cumplir con lo que la Justicia decida”, dijo este miércoles en el Centro de Justicia Penal.

En su alocución deslizó que el padre de su hija mayor, Marcos Guenchul, tenía una orden de restricción, aunque no expresó públicamente sobre la causa de esto. Comentó que tuvo a esa hija en soledad porque al saber de su embarazo, Guenchul le pidió que abortara ya que no tenían un vínculo formal. Se habían conocido en la red de citas Happn, y mantenían relaciones sexuales casuales. Pero ella quería ser madre, y ante el requerimiento del hombre, “lo eché y tuve a mi hija en soledad y sólo me ayudó mi familia. Nunca apareció”.

Pero precisó la acusada que a los meses de haber parido a Tiziana, el personal trainer le reclamó verla: “Accedí porque era su derecho ser padre y quise darle un padre a mi hija para que no me reclamara nada. Yo no tenía enojo pero sí hubo muchas discusiones, éramos muy diferentes. Le pedí que se hiciera un ADN y me dijo que no tenía la plata, así que no se lo hizo. Lo que logramos fue un ambiente insano, de violencia que nuestra bebé y nuestras familias padecían también. Pude salir de esa atmósfera con ayuda de mi familia”.

Luego relató sobre su vínculo con Caio Soso, a quien conoció un año después: “Lo conocí donde yo trabajaba. Fue encantador con toda mi familia y con mi hija. En ese momento él estaba en una relación complicada, y decidió separarse para estar conmigo y formar una familia. Yo quedé embarazada, aunque me sentía insegura por la forma en que terminó su relación anterior", agregó.

Denoya reconoció del alegato de apertura del fiscal Adrián Spelta su señalamiento de que “las víctimas de esta causa además del muerto son Tiziana y Martina”, en alusión a las hijas de la imputada. Sobre esto precisó: “Yo soy su sostén, y voy a trabajar todo lo que este a mi alcance para que ellas crezcan bien. Ellas son hermanas y se aman. Veo a Tiziana una vez a la semana por una hora desde hace ocho meses. Durante dos años no me permitieron verla. No hay otra cosa importante para mí. Mi cárcel es no poder ver a mis hijas. Haré todo para estar con ellas y para revincularme con las partes”.