A poco más de una semana de las elecciones legislativas son más notorias las razones por las que los oficialismos nacional y provincial tuvieron elementos no tanto para festejar, pero sí para respirar más aliviados. Alberto Fernández pudo darse el lujo de su plaza respaldado por la CGT y las organizaciones sociales y agrupaciones peronistas que no tienen alto impacto electoral, pero sí gran capacidad de movilización; porque la recuperación de los 600 mil votos en la provincia de Buenos Aires se vivió no sólo como un verdadero triunfo sino que también le dio firmeza a un gobierno que aparecía cada vez más débil.

En Santa Fe cerca del gobernador Omar Perotti cuando hay consultas por los resultados adversos del Frente de Todos, hacen una comparación contundente: “En 2017 Albor Cantard ganó las legislativas como candidato de Cambiemos y nadie le preguntó a (Miguel) Lifschitz si ese resultado afectaba a su gobierno”, dicen convencidos de que el 14 de noviembre pasado la gestión provincial no recibió castigo. También atribuyen la mayor cosecha de votos de Juntos por el Cambio a “la baja performance del Frente Progresista donde la mayoría de sus socios radicales se fueron hacia los acuerdos con el PRO”.

Si bien en Santa Fe no se vivió la remontada electoral de la provincia de Buenos Aires, que terminó siendo de los pocos territorios donde hubo variaciones positivas para los oficialismos respecto de las Paso; el gobernador no tiene hoy por hoy claros liderazgos enfrente. El intendente Pablo Javkin es el nombre que más se recorta para 2023 y aún sigue siendo el referente que mejor relación tiene con Perotti. Además, está claro que el del intendente de Rosario será un nombre discutido dentro de la coalición que podría formarse para la próxima elección en la que los radicales tienen sobradas expectativas de liderar todo tipo de listas.

En Rosario, en el peronismo se tomaron el tiempo y tuvieron la paciencia para hacer un trabajo de análisis electoral que es poco común. Un comparativo que determina que en esta ciudad el senador nacional electo Marcelo Lewandowski sacó 8996 votos más que Carolina Losada; pero observa además que tuvo 57.894 por encima del candidato a concejal del Frente de Todos Lisandro Cavatorta. También sacó 52.828 votos más que Ciro Seisas del Frente Progresista, que fue el candidato a concejal más votado. Lo cual marca a las claras que Lewandowski es el candidato más potente en Rosario y lo deja a las puertas de un claro liderazgo para el 2023.

De todas formas Santa Fe vive como todo el país una menguante peronista que tiene razones históricas, culturales y económicas. Las condiciones estructurales que hicieron peronistas a los trabajadores durante décadas hoy ya no existen, aseguran los estudiosos. “Ni el Estado fuerte, ni el modelo de sustitución de importaciones, ni el peso de la industria ni el espacio de la fábrica como eje del trabajo y base de la identidad obrera”.

Con lo cual el peronismo deberá reinventarse y ampliar su base de sustentación histórica. Quizás por eso el diputado nacional electo del Frente de Todos, Roberto Mirabella lanzó hace poco en un reportaje que “el peronismo y el socialismo deberían acercarse en Santa Fe”. Una frase que hubiese sonado muy extraña en el inicio del mandato de Perotti donde aún se recuerdan duros pasajes de su discurso de asunción sobre actitudes y modos del gobierno que heredaba de Miguel Lifschitz. Pero es que el peronismo y Juntos por el Cambio ya comprendieron que Santa Fe dejó de ser una “provincia de tercios”. Y si bien aún no lo reconoce públicamente, el socialismo comenzará a comprenderlo más temprano que tarde. Otra época ya está comenzando.