La amenaza de Carolina Losada no tiene precedentes en la política santafesina. Asegurar que gane o pierda la Paso del 16 de julio no va a acompañar a Maximiliano Pullaro en la general, es de una temeridad sin par. Primero, porque admite la posibilidad de perder y eso nunca se expresa públicamente. Y segundo da por sentado que en caso de imponerse en la interna, no necesita para nada los votos de Pullaro, en la apreciación de que ganarle al peronismo en septiembre, es nada más que un trámite. Otra temeridad política rayana con la inconsciencia ya que nunca nadie, en ningún rincón de este país, desdeña el potencial electoral peronista.

“Tengo incompatibilidad ética y moral” con Pullaro dijo Losada que dedicó enteramente su campaña a ligar a su rival interno con el narcotráfico y la policía connivente. La batalla sin cuartel de Juntos por el Cambio a nivel nacional se filtra en Santa Fe de esta forma. Allí apareció este video viral donde en modo coaching Patricia Bullrich le dice “jugátela toda” a una Losada que no puede disimular totalmente el momento de vergüenza que pasa en esa grabación mientras
la candidata a presidente la toma de la cabeza con ambas manos.

Es claro que esta tensión repercute en Unidos para Cambiar Santa Fe y que la política que rodea a la senadora nacional, los dirigentes que deberían expresarla como el diputado Julián Galdeano, han cedido ante los supuestos expertos en comunicación política. Esos mismos que transformaron la “frescura” de una outsider de la política en una chica enojada y chapoteando en el barro más profundo de una previa electoral. Como en otras publicitadas candidaturas, parece que la respuesta a un electorado enojado es un candidato más enojado todavía. El daño que ha hecho Javier Milei en su crecimiento en adhesiones -que ahora la mayoría de los encuestadores ve estancado- algún día será mensurado.

Losada ha expresado muy pocas ideas en esta campaña y alguien decidió que se dedique exclusivamente al combate. Decidieron que no era necesario mostrar fortaleza en su punto más flaco: Que el electorado la vea viable como gobernadora, que ignore su flagrante falta de
experiencia política y su notoria ausencia de conocimiento de los temas más elementales de la agenda pública provincial.

Ese camino se abandonó porque no había tiempo para pelearle a Pullaro en ese terreno después de sus años en la Legislatura, su militancia juvenil y su paso por la cartera más difícil en Santa Fe. Con esos caminos cerrados, Losada empezó la tarea diaria de demolición de su adversario convencida de que su frescura política se impondría a la “oscuridad” en la que colocó a Pullaro. Pero como los mensajes también se agotan a fuerza de repetirlos, era necesario subir la apuesta e ir por todo a dos semanas de las Paso santafesinas. Ahí es cuando Losada va al todo o nada y pronuncia -desde un medio nacional al que habitualmente llaman para tirar estas bombas- que gane o pierda no estará con Pullaro en las elecciones generales.

La duda es si con ese perfil le alcanzará para ganar la interna y después la general. Eso se verá. Pero a lo mejor Losada se reserva otra bomba para la última semana de campaña aunque es difícil superar la última que acaba de lanzar. Pero para eso están los “expertos” en comunicación política a los que se les paga más de la cuenta.