La designación de Rubén Rimoldi como nuevo ministro de Seguridad borró la premisa de que el ministerio debe tener una conducción política y desde ahora pasa a ser policial. Ese cambio comprende una complejidad en los vínculos con el poder judicial y, puntualmente, con el Ministerio Público de la Acusación (MPA), institución que lleva adelante las investigaciones de los delitos y dirige a través de los fiscales a la policía en función judicial. Por eso, más de un integrante del ministerio se muestra en alerta con el perfil del nuevo ministro, quien ya ha criticado el sistema acusatorio y el poder de los fiscales. 

Ni bien puso un pie en el ministerio, Rimoldi habló de la necesidad de respetar la cadena de mando como condición sine qua non para relanzar la fuerza. Es decir, empuñó al verticalismo para relanzar la fuerza, y por ende, la gestión del ministerio. Sumado a esto, no tiene una buena valoración del nuevo del nuevo Código Procesal Penal que le dio atribuciones a las fiscalías y empoderó a sus integrantes.

“(El Código) Es un limitador para la policía desde el momento que se le quitó la facultad de investigar, como estaba en el Código anterior, y se lo dieron de golpe a la Fiscalía. Me refiero a que no le han dado la capacitación suficiente. Han tomado abogados”, dijo en una entrevista con Apropol, el grupo de policías autodenominados entidad sindical.  

Si traslada esas ideas al vínculo de trabajo con la fiscalía, podría haber cortocircuitos a la hora de acatar órdenes de los fiscales. El peor de los escenarios que temen algunos en el MPA es que la policía vea un respaldo y se largue a actuar sin indicaciones de los fiscales en causas más complejas, es decir, más allá de las atribuciones operativas amplias que tienen, y que el comportamiento influya en la orientación de la política criminal. 

Al menos es lo que inquieta, según consultó Rosarioplus en el ambiente. Incluso, una fuente en Seguridad dio por posible un escenario semejante cuando se conoció el nombre de Rimoldi. Nadie está en pie de guerra, sino atentos a los movimientos y lineamientos del nuevo ministro.

Un funcionario de varios años pasó en limpio: "Si se traduce en mayor actividad, eficacia y orden en la función de la policía, dentro de los límites de la ley, bienvenido sea. Si supone mecanismos de control social, habrá fricciones".  

Hay más. Algunos interpretan que sería un nuevo frente que se le sumaría al control de la Legislatura que ha despertado varias polémicas. "El MPA va a tener, por un lado, a la Legislatura, que los tiene re contra cortitos porque los sanciona o remueve si investigan 'lo que no deben investigar', y ahora se suma esta posibilidad", sostuvo una fuente que trabaja con fiscales.