El oficialismo santafesino cerró finalmente su armado de cara a las elecciones nacionales de octubre. El Partido Socialista, que integra la coalición Unidos, jugará dentro del frente de los gobernadores bajo el sello Provincias Unidas. La fórmula quedó sellada con Gisela Scaglia encabezando la lista y el socialista Pablo Farías como segundo. El tercer lugar quedará para la radical Melina Giorgi, que va por la reelección.

El gobernador Pullaro buscaba que el ministro Enrique Estévez ocupara ese lugar, pero el dirigente socialista prefirió quedarse en la gestión provincial. En medio de tensiones internas, apareció la figura de Farías como plan B. Con experiencia en el Ejecutivo y el Legislativo, fue ministro de Binner y Lifschitz, y presidente de la Cámara de Diputados de Santa Fe. Su nombre logró destrabar el acuerdo entre las distintas tribus del PS.

El ala que lideran Clara García y Joaquín Blanco, mayoritaria en el socialismo, reclamaba ese segundo puesto por ser la banca que deja Mónica Fein. Finalmente lo consiguió. El sector más cercano a Bonfatti pedía más tiempo, pero se impuso la urgencia del calendario electoral: este jueves 7 vence el plazo para inscribir alianzas. A las 16 del miércoles, la negociación quedó cerrada.

Desde el socialismo destacaron el gesto de la UCR, que resignó el segundo puesto para mantener la unidad del frente. Así, la actual diputada nacional Melina Giorgi ocuparía el tercer lugar, cumpliendo con el criterio de paridad y representatividad territorial. Pullaro había imaginado otra fórmula, con un radical como segundo y una socialista mujer tercera, pero no logró imponerla.

El cierre asegura que los tres grandes socios de Unidos —PS, UCR y PRO— lleguen a octubre bajo un mismo paraguas. En un contexto de fragmentación política y con la reforma constitucional en el horizonte, la jugada fortalece el liderazgo del gobernador. Para el PS, el desafío será ahora conciliar su discurso crítico a Javier Milei con la estrategia del bloque federal, que busca marcar distancia del kirchnerismo sin cerrar puertas a la negociación parlamentaria.