A pocos días de entrar en vigencia el descanso dominical en Rosario, un grupo reducido de concejales buscará una última jugada para frenar la adhesión desde el Concejo municipal, aunque parece que no tendrá buen resultado desde el vamos. El bloque del Pro, más el radical Martín Rosúa, intentarán votar sobre tablas una prórroga de 120 días para analizar el tema detenidamente y ganar tiempo junto al empresariado, aunque no cuenta con los votos necesarios para su aprobación.   

“En función al alto nivel de litigiosidad en la provincia, donde no se resuelve la constitucionalidad de la medida, y por otro lado el impacto negativo que tuvo sobre los puestos de trabajo, pedimos un paraguas de 120 días donde la medida no se efectúe hasta tanto acerquemos a las partes y generemos mediación”, explicó el concejal Rosúa. En ese período realizarían un estudio de impacto social, económico y laboral.

La decisión de los concejales de insistir en la causa responde más a un juego político que a una solución factible. Por estas horas nadie duda en que el domingo cerraran los supermercados, aún más tras el revés judicial de los hipermercados en Rosario. Sólo una instancia superior, es decir, la Corte Suprema provincial podría destrabar el litigio aunque para eso podrían pasar meses. A esto también juegan los concejales, es decir, a dilatar la aplicación y que llegue una resolución favorable de la Corte.

El único que tiene facultad jurídica para frenar el descanso dominical es el Concejo a partir de una modificación sobre la ordenanza aprobada. La intendenta Mónica Fein sólo tiene posibilidad de veto pero en los 10 días posteriores a su aprobación, por lo que la presión de los últimos días por parte del Pro para que la intendenta no aplique la norma durante esta semana resulta inverosímil. 

Por lo tanto este grupo de concejales, con el apoyo de la Asociación de Supermercados Unidos, que representa a las grandes cadenas, buscará modificar y retrasar la fecha de implementación. Para esto necesitaría 2/3 de los votos para arrancar, algo imposible teniendo en cuenta las posturas firmes de los demás concejales de darle luz verde al descanso, lo que se tradujo en su momento en la aprobación con 22 votos a favor y 6 en contra de la ordenanza.