Carlos Rosales, dueño de Garbarino, logró "comprar" en las últimas horas algo de tiempo para intentar una solución a la crisis de la firma mencionada, Compumundo y otras cuatro empresas asociadas, mientras encara negociaciones con el Estado y el grupo mexicano Copel. Mientras, en Rosario la situación es de incertidumbre para los trabajadores de las cuatro sucursales. Actualmente, en la ciudad las únicas dos bocas de expendio que funcionan son las que se ubican en el Portal, prácticamente sin mercadería disponible y con el aporte de los 56 trabajadores que están poniendo su voluntad para no perder sus puestos de trabajo.

El panorama es de incertidumbre y no todas las cartas están jugadas. Lo peor que puede pasar es que se ingrese en convocatoria de acreedores en corto plazo si no le logra un acuerdo.

“Hoy vemos que a nivel nacional se habla de un acuerdo, pero acá lo fundamental es que de los 4 mil trabajadores que tiene la empresa en todo el país nunca se ocuparon, salvo un REPRO del Gobierno. Hemos denunciado a esta empresa por ejercer un lock out patronal y vaciamiento de la firma, porque al no pagar ni siquiera los alquileres ni abastecer los locales, es claro que es una estrategia que busca desgastar a los trabajadores para que renuncien”, expresó Juan Gómez, secretario gremial de la Asociación Empleados de Comercio de Rosario (AEC) en diálogo con Rosarioplus.com.

Como reclamo, desde el gremio le solicitan a la empresa que mientras se resuelva la situación empresarial “se hagan cargo del pago de los salarios”. La firma no abona sus obligaciones "desde que comenzó el conflicto” y a la fecha no existen despidos, y eso consta en actas rubricadas en las audiencias a nivel nacional, lo que ocasiona una gran contradicción y tiene a los trabajadores en un callejón sin salida.

Al parecer esto comenzaría a destrabarse, tras la negociación que mantuvo el viejo dirigente mercantil Armando Cavalieri de la Federación Argentina de Empleados de Comercio (Faecys) durante estos días, se logró un pago parcial de los sueldos adeudados de los 4 mil trabajadores que no cobran desde hace cuatro meses. En la tarde de este martes los trabajadores de la sucursal rosarina se encontraron con un depósito en sus cuentas sueldos de aproximadamente 38 mil pesos.

Un salvataje que no fue

En cuanto al periplo de la empresa, Gómez contó que Rosales se hizo cargo en junio de 2020 con la intención de salvar la histórica firma pero no fue así. En los primeros meses de 2021 se planteó un bono compensatorio que se iba a cobrar en tres meses, pero los trabajadores nunca se hicieron de ese dinero, después vinieron los retrasos en el pago de los salarios para terminar en la catastrófica situación actual.

Ocurre que todos los planes para darle valor a estas marcas se vieron entorpecidos por la pandemia de coronavirus y la caída del consumo registrada por las restricciones impuestas por las extensas cuarentenas dictadas por la administración de Alberto Fernández desde el 20 de marzo de 2020.  .

Pero la pandemia continúo y, a excepción de unas pocas semanas del verano de 2021 en las que el consumo de electrodomésticos repuntó, la crisis económica, la recesión, y los confinamientos, arruinaron el plan de negocios propuesto y hoy Rosales busca un inversor en tiempo de descuento.

Sin embargo, el representante de AEC sostuvo que “nunca hubo problemas con las ventas” en una empresa líder en el mercado de electrodomésticos con 70 años de trayectoria en el país. “Los dueños de hicieron supermillonarios con este negocio y lo que ocurre ahora es por desavenencias e ineptitud de estos empresarios, no se les puede echar la culpa a los trabajadores, en Rosario hace 20 años que están y los empleados tenían altísimos niveles de venta”, explicó. 

"Se trata de un enorme desafío que implica la expansión de la mayor cadena de retail del mercado argentino y la puesta en marcha de un nuevo plan de negocios que integre la ventas físicas con el comercio on line", anunció con bombos y platillos el empresario Rosales cuando tomó las riendas de Garbarino, al parecer nada fue como pensaba, en el medio queda la incertidumbre de miles de familias que esperan una pronta resolución.