Después de un año de estar cerrados por la pandemia, los cines reabrieron a principios de este mes en la ciudad de Rosario en el marco de la nueva normalidad que incluye una serie de protocolos de cuidados para el funcionamiento de las salas que habilita a trabajar hasta un tope del 30 por ciento de la capacidad. En una prueba que cumplirá un mes en abril, desde el sector informaron a RosarioPlus que la respuesta fue satisfactoria y con gran caudal de espectadores.

De las seis salas y complejos que tiene Rosario, cuatro trabajan a pleno después de la apertura y dos todavía permanecen cerradas. Según pudo saber este medio quien lidera la venta de ticket y se lleva el grueso de la torta es el complejo Showcase ubicado en el Alto Rosario Shopping. Detrás el complejo de avenida Eva Perón, que supo ser de la cadena australiana Village y hoy pertenece a la mexicana Cinepolis. Y otras salas como la firma de capitales locales Nuevo Monumental y la cadena Hoyts corren un poco de atrás

La directora de marketing de Showcase Ana Alberti dijo a este medio que Rosario se ubica siempre entre las salas más concurridas de la compañía e informó que desde que se hizo la apertura de sus cines fue donde más entradas se vendieron.  

Asimismo contó que los espectadores se adaptaron muy fácilmente a los protocolos, como la compra de alimentos y entradas bajo la metodología online. Además de apropiar las salas para este momento con un aforo del 30 por ciento. “La butacas no se sacan como en los teatros, porque uno no sabe cómo van a ser los grupos de personas que comparten la burbujas sociales”, aclaró.

“Vendemos hasta cierta capacidad de la sala, nosotros podemos recibir burbujas de hasta seis personas que conviven. A partir de esa burbuja se dejan dos butacas libres y una fila hacia atrás y la otra hacia adelante, no se puede sentar nadie”, explicó y precisó que este límite lo determina el sistema de ventas de entradas. “Hemos tenido varias de las salas llenas en función al aforo y la capacidad que nos provee el protocolo”.    

Para lograr esto, Alberti indicó que se redujeron los horarios y se espació más el tiempo entre funciones para evitar la gente en el lobby del cine, aunque alegó que las funciones son de acuerdo a la cantidad de películas en cartel. También comentó que en las salas, siendo lugares cerrados, se pusieron en los equipos de ventilación filtros especiales para el rápido recambio de aire que se asemejan al que utilizan las instituciones sanitarias, además de pulverizar la sala y las butacas con ácido hialurónico para la desinfección.

En cuanto a los espectadores afirmó que “la gente está feliz” por la apertura. Aparte que el público es muy cuidadoso, mantiene  la distancia social y acata los protocolos. En tanto consintió que la experiencia de la sala cinematográfica no es la misma que ver una película en la casa. “El hecho de la salida, de la pantalla más grande es la gente busca, además de que es una experiencia distinta, cuando va al cine te podes abstraer”, añadió.  

Otro de los inconvenientes, en el contexto económico de la pandemia, es el costo de las entradas. Para Alberti el cine, dentro de las posibles salidas, sigue siendo accesible para la familia. Si bien reconoció que los costos son muy finos no está en los planes de la empresa aumentar sus entradas.

Quien también dio su punto de vista es el gerente del Nuevo Cine Monumental, una de las salas ubicadas en el centro de Rosario, sobre peatonal San Martín. “El protocolo la genta ya lo viene conociendo desde el teatro que es bastante similar. En nuestro caso tenemos un aforo más chico porque los teatros suelen ser más grandes, por lo cual el 30 por ciento en un cine es mucho menor que en una sala de teatro”, contó Adrián Ortiz y sostuvo que esta apertura no los hará ganar dinero sino que más bien sirve como para llegar al equilibrio financiero.

De esta forma señaló que con este aforo la facturación “es muy complicada”, aunque no pierde las esperanzas que rápidamente se pueda implementar el 50 por ciento de capacidad para que los números puedan cerrar mejor.

En otra instancia y en referencia si el público se volcó masivamente a las salas sostuvo que no puede hacer una medición precisa, además que los títulos que están en la cartelera no son muy atractivos. “Lo que puedo decir es que volvió gente al cine, y muy contenta, pero repito no podemos testear a quienes no vinieron, no sabemos si es por un tema económico o por miedo a contagiarse”, manifestó. “Muchos de nuestros espectadores se emocionaron con la apertura, porque además entienden el sacrificio que hicimos de remodelar la sala y que después haya venido el coronavirus”, registró Ortiz. 

En contraposición con otras salas dijo que por ahora la concurrencia fue tranquila, pero que los fines de semana fueron fuertes, más específicamente los viernes y sábados que forman parte del hábito de las salidas y el cine suele ser una de las alternativas.  

Por ultimo aseguró que adaptarse a los protocolos no fue difícil, simplemente capacitar al personal, poner las configuraciones de distancia, los dispensers de alcohol en gel. Como adelanto tecnológico indicó que cuentan con un sistema de toma de temperatura muy sofisticado que es uno de los más avanzados del país.

“Es un sistema que no tiene ninguna otra cadena, es el que usan los aeropuertos. Uno ingresa y detecta la temperatura corporal en un monitor que tenemos y no es invasivo con lo cual la idea es que el espectador se sienta más relajado desde que cruza la puerta del cine”, explicó finalmente.     

Por ahora, no fueron muchos los que se animaron a darse el gusto de ir al cine. Según la consultora Ultracine, en todas las salas del país solo se cortaron 75 mil tickets entre el jueves y el domingo de la semana pasada. De esas entradas quien se llevó la mayoría de los espectadores fue la supeproducción Tenet, dirigida por Christopher Nolan, con casi 21 mil entradas.

Esta no sería una cifra no muy masiva, teniendo en cuenta que hace un año, sin las restricciones de esta nueva normalidad, la misma semana de 2020, a pocos días del cierre total y el arribo del aislamiento, se habían cortado 310 entradas. Queda en claro un detalle no menor que ahora solo están abiertas 452 salas en Argentina que un aforo del 30 por ciento.