La Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra) emitió un informe Informe Económico Mensual (ciccra.com.ar) en el que analiza el consumo interno de carne vacuna para el primer trimestre en Argentina. Según los datos que brinda fue el consumo más bajo registrado para el mismo periodo desde el año 2003, hace 18 años

Durante marzo registró una baja del 2,5% respecto del mismo período del año anterior, con un promedio por habitante de 49,3 kilos por año, y se lo compara con el pico alcanzado en el mismo período de 2008 la merma fue de 25,5%.

El mercado interno demandó unas 527.300 toneladas de res con hueso entre enero y marzo. “Hay que remontarse hasta enero-marzo de 2003, cuando la economía argentina comenzaba a recuperarse de la crisis de 2001-2002, para encontrar un promedio mensual inferior, que fue apenas 1,3% menor al de enero-marzo de 2021)”, agrega el informe.

Sobre los motivos que llevan a esta caída del consumo el informe de CICCRA pone el acento en “la continua retracción del poder adquisitivo de las familias y el mayor nivel de desocupación” que explican la contracción de la demanda de carne vacuna registrada en los últimos tres años, a lo que agrega en segundo orden “los cambios de hábito de consumo”.

También asegura la cámara empresaria que “el cambio de la política monetaria/cambiaria a partir de las PASO de 2019, primero, y la gran emisión de pesos para enfrentar los efectos de la pandemia/´cuarentena´, después, llevaron a los productores ganaderos a refugiarse nuevamente en la cría y engorde de la hacienda vacuna, lo que se tradujo en una menor oferta de corto plazo”.

Con respecto a los cambios en el negocio ganaderos señalan que “el mayor costo del maíz en la segunda parte de 202 llevó a los productores a realizar recrías largas de la hacienda para consumo sobre pasturas o a campo natural” lo que terminó generando “menor disponibilidad de hacienda para enviar a faena”.

Esta tendencia decreciente del consumo tiene su origen en el cuarto trimestre del 2017 y fue profundizándose a la par de la profundización de la crisis económica tras las consecuencias de las medidas sanitarias ante la pandemia del COVID 19. El informe asegura que en los últimos tres años la producción de carne vacuna vendida en el mercado interno tuvo una merma de 21%.

Suben los precios, baja el consumo

Un punto central en la caída del consumo interno tiene que ver con el aumento de precios que presiona sobre los bolsillos de los consumidores argentinos alejándolos de ese tradicional componente de la canasta básica que es la carne de vaca. 

La carne vacuna aumentó un 69% en comparación con marzo del año pasado, con un incremento del animal en pie en el Mercado de Liniers del 80,2% interanual. Además la carne de vaca aumento más en promedio que otras carnes consumidas en el país. Mientras que el precio del pollo se incrementó un 62%, y el promedio de los cortes porcinos, 52,9%.

Se come menos y se exporta más

Mientras se reduce el consumo interno, el mismo informe da cuenta del crecimiento sideral de las exportaciones de carne vacuna, un factor que termina tensionando los precios internos y empujando la baja del consumo.

En febrero de este año se registraron exportaciones de carne vacuna por 45.000 toneladas transformándose en el mejor febrero en décadas y el primero en que se registró un volumen exportado superior a 40.000 toneladas peso producto”. Una suba del 31,1% en comparación con igual mes del año pasado.

En este crecimiento sideral de la exportación China sigue siendo el actor principal que absorbió el 75% del total exportado por los frigoríficos argentinos, a pesar que por maniobras que los mismos frigoríficos denuncian el gigante asiático logro bajar los precios que paga por la carne argentina explicando un mayor volumen pero un menor ingreso de divisas.