Todos los días las personas toman decisiones que impactan en sus finanzas personales, ¿cocinar en casa o pedir a través de una app? ¿Comprar una cafetera o ahorrar plata para vacaciones? ¿Financiar en cuotas con tarjeta o pagar la totalidad del producto? 

No importa cuál sea la decisión que se tome, lo importante es que sobre sueldo al final del mes y no a la inversa. Esto último depende de cómo se aplique la inteligencia financiera. 

El concepto hace referencia al conocimiento que se utiliza para resolver problemas relacionados con el dinero y la toma de decisiones que afectarán a las finanzas personales.

Algo importante a destacar es que no es necesario ser economista para desarrollar inteligencia financiera. Esta última es una habilidad y, como tal, puede desarrollarse y perfeccionarse, solo necesita de práctica.

Al tratarse de una habilidad, está más ligada al conocimiento que al dinero en sí mismo. Lo importante es aplicarla para resolver problemas relacionados con el manejo de las finanzas personales, ya que brinda herramientas para analizar y tomar la mejor decisión posible.  

¿Qué son las finanzas personales?

Las finanzas personales representan la manera en que las personas interactúan con el entorno a través del uso del dinero. En otras palabras, es la administración que las personas le dan a sus ingresos. 

Cabe aclarar que finanzas personales todavía no es una materia que se enseñe en las escuelas, sino que se aprende con la práctica durante la vida adulta. Por lo tanto, es necesario derribar algunos mitos: 

> Un salario mayor no lleva a un mejor control de las finanzas personales, para eso es necesario establecer un objetivo financiero. 

> Para invertir, no es necesario usar saco y corbata, solo con acceder a una plataforma que permita realizar inversiones ya es suficiente. 

Algunas buenas prácticas que contribuyen a tener una mejor relación con las finanzas personales son: establecer prioridades financieras, organizar ingresos y egresos, generar hábitos de ahorros y definir metas financieras.

¿Qué es la inteligencia financiera y cómo aplicarla a las finanzas personales?

Algunos conceptos básicos para incorporar a tus finanzas

Hay muchas maneras de mejorar la inteligencia financiera, una de ellas es realizar un curso virtual o, en caso de carecer de tiempo, escuchar alguna columna en radio o podcast que hable al respecto y brinde conceptos que puedan aplicarse en el día a día. 

Para ello es importante conocer algunas terminologías e incorporar conceptos básicos tales como: 

Costo de oportunidad

Este concepto hace referencia a la mejor opción que se está rechazando por invertir el dinero o tiempo en otro lado. Para tener presente el costo de oportunidad, es importante preguntarse qué se está rechazando por poner el tiempo en otra cosa. Es muy útil para tomar la mejor decisión cuando se presentan dos opciones de trabajo. 

Distribución del ingreso

Consiste en analizar la asignación que una persona hace sobre su dinero, ya sea entre gasto, ahorro, deuda, etc. Es importante identificar dónde se concentra la distribución que se hace de los ingresos para poder asignarlos a las actividades más productivas. 

Escasez 

Este concepto no está relacionado con lo limitado que sea un bien. Las cosas no son escasas por sí mismas, sino por la relación de las necesidades de una persona con ellas. Es un buen recurso para identificar, en caso de que el dinero no alcance, si la respuesta está relacionada con los deseos de la persona y o con la cantidad de ingresos que recibe mes a mes.

Liquidez

La liquidez en finanzas significa dinero en efectivo. Para hacer un buen análisis de finanzas personales es importante saber cuánto dinero ingresa, cómo ingresa, cuánto se gasta y cómo se gasta. Teniendo presente este concepto, se puede hacer un análisis más preciso sobre cuánto dinero disponible hay para pagos, gastos e inversiones.  

En conclusión, el objetivo de aplicar la inteligencia financiera a las finanzas personales consiste en que las personas puedan contar con los recursos suficientes para administrar sus gastos y necesidades básicas, incorporando una perspectiva más estratégica sobre el manejo de su dinero.

Cabe aclarar que la inteligencia financiera no es algo que se consigue y se aplica al primer intento, es un proceso que requiere práctica y análisis sobre cómo administrar el dinero. Sin embargo, si se practica un poco diariamente, a la larga se consiguen grandes cambios.