Los gastos hormiga son aquellos que se presentan pequeños e insignificantes para el consumidor. Sin embargo, si se los consume con frecuencia sin ningún control, pueden convertirse en un verdadero problema para el bolsillo. 

Al ser gastos pequeños, las personas tienden a no tenerlos en cuenta a lo hora de adquirir el producto como, por ejemplo, un café después del almuerzo o un chocolate después de la cena.

Estos gastos se categorizan como “compras no planificadas”. Al tener ese rótulo, las personas no pueden dimensionar el valor que representan cuando realizan un análisis de finanzas personales. El verdadero problema es cuando se anualiza, es decir, convertir su valor a un equivalente anual. Es en ese momento cuando el gasto hormiga se vuelve relevante.

Esto no quiere decir que haya que cortar con los llamados “gustitos” porque a veces son necesarios, pero tenerlos presentes dentro de las finanzas personales puede implicar un gran cambio.      

¿Cómo identificar los gastos hormigas?

La gran mayoría de las personas tienen este tipo de gastos en su día a día, incluso hasta quienes dicen no tenerlos. Hay estudios donde se demuestra que dos de cada diez compras que se realizan no están planificadas. 

Algunos de los casos más comunes ya se han mencionado en este artículo: 

> Transporte

> Cigarrillos

> Pedir comida

> Postre después de cenar

> Café

> Chicles

Un buen truco para poder identificarlos dentro del día a día es crear un bloc de notas en el teléfono y registrar los gastos de toda una semana. Una vez finalizado el plazo de tiempo solo resta revisarlos e identificar cuáles se repiten y, sobre esa selección, analizar cuál fue necesario.  

¿Cómo evitar que dañen el bolsillo?

A continuación, compartimos una serie de técnicas o herramientas que pueden ayudar a controlar esos gastos. 

Destinar un presupuesto para gastos pequeños

Algunas veces es necesario ese café para continuar el día, lo sabemos, pero otras veces no. Por este motivo, destinarles un presupuesto puede ayudar a reducir su consumo y, además, es una manera de incluirlos dentro de tu análisis financiero.

Aprovechar descuentos

Si algunos gastos resultan inevitables, mejor aprovechar cuando ese producto tenga alguna promoción especial que permita ahorrar algo de dinero para fin de mes. 

Poner un objetivo financiero

Un ejemplo aquí puede ser proponerse hacer un viaje o comprar algo en particular. De este modo se puede establecer un plan de ahorro y en lugar de hacer ese gasto guardás el dinero que puede ayudar a cumplir el objetivo. 

En conclusión, controlar los gastos hormiga no significa arrancarlos definitivamente de la rutina, al final del día el dinero sirve para satisfacer las necesidades y gustos de las personas. 

Sin embargo, comenzar a controlarlos puede significar un gran ahorro a largo plazo y, por lo tanto, unas finanzas personales más saludables.